Todas las economías del mundo han tenido que afrontar un colapso de los precios en la industria petrolera. Cada nación ha obrado distinto, pero lo cierto es que en todas se ha sentido. En términos generales, de este factor desestabilizador no se salvó nadie.
Y el panorama no parece aclararse pronto. Los precios de los futuros del petróleo crudo se deterioraron aún más en las operaciones europeas el viernes por la mañana, alcanzando mínimos de 2018 en las operaciones intradiarias, ya que las expectativas bajistas dieron lugar a nuevas ventas y los niveles de producción de Arabia Saudita aumentaron la presión.
Los precios del WTI caen a esta hora 4.55% alcanzando US$51,38 por barril. Por otra parte, el Brent se desploma 4% a US$60,04 por barril.
"Estamos frente a un impulso que continúa siendo fuerte a la baja (...) estamos en riesgo de una extensión adicional a la baja", dijo el viernes Ole Hansen, director de estrategia de productos básicos de Saxo Bank. "Todavía tenemos que recibir noticias fundamentales que detendrán la diapositiva".
Con muchos jugadores fuera del mercado en los Estados Unidos durante las vacaciones de acción de gracias, la débil liquidez está pesando más en el mercado.
Los analistas también estarán monitoreando las posiciones de los inversionistas financieros en el período previo a la reunión de la Opep el seis de diciembre.
"Cada vez que alcanzamos un nuevo mínimo, corremos el riesgo de una mayor cobertura de los actores del mercado que cubren sus posiciones", dijo Hansen.
El mercado ahora espera nuevas indicaciones de dirección que probablemente provendrán de la reunión de la Opep.
"Esta debilidad en el complejo de crudo se está sumando a la presión sobre la Opep, y sobre todo en Arabia Saudita, para reducir la producción", dijeron los analistas de Commerzbank en una nota matutina el viernes.