Parece que hablar de desplazamiento forzado y luchas sociales en Colombia fuera un tema ajeno. Parece que hablar de miles y millones de campesinos e indígenas víctimas del despojo forzado de sus tierras por parte de grupos ilegales, empresas privadas y el Estado, fuera un hecho aislado de las condiciones políticas del país. Parece que la dolencia del gobierno solo existe cuando hay que mirar a través de la frontera, cuando hay que “rescatar la democracia en Venezuela", esa que en Colombia solo existe cada cuatro años y que funciona como herramienta de opinión pública internacional, porque como requerimiento político en el país es extraña, ambivalente, inequitativa y elitista. Parece que solo son democráticas las acciones que no vulneran los derechos e intereses individuales o como dice la Ministra de Interior “los derechos humanos solo son válidos cuando tienen un color político” .
Mientras el gobierno sigue concentrado en resolver los problemas de democracia en Venezuela, el país pasa por momentos de turbulencia social: por un lado, la minga indígena lleva 21 días en paro exigiendo la presencia del presidente Duque y, por otro lado, Colombia se posiciona de nuevo como el país con más desplazados internos del mundo, según datos del Alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos Humanos (Acnur). El país tiene a cerca de 7,7 millones de desplazados internos, cifra que está por encima de países del continente africano y asiático que conviven con este flagelo como Siria, que según las últimas estadísticas es el segundo país con más desplazados internos (6,2 millones de desplazados), seguido de Sudán (5,2 de desplazados), Irak (4,5 millones de desplazados), Afganistán (3,12 millones de desplazados) y Somalia (2,17 millones de desplazados).
Lo que más preocupa del tema de desplazamiento forzado en el país es la cantidad de casos que han venido en aumento en el presente año, pues según registros del Consejo Noruego para Refugiados (NRC), 1300 casos se presentaron en los dos primeros meses del año y en el último mes, más de 2.000 personas provenientes del departamento de Córdoba y Antioquia, en el sector de Puerto Libertador, han tenido que abandonar de manera forzada sus viviendas. Lo anterior sin contar los casos que se han presentado en las zonas rurales del Cauca y Chocó, que han detonantes de las protestas indígenas en el país.
¿Cuáles han sido en realidad las verdaderas causas del aumento del desplazamiento forzado en el país?
La principal y fundamental causa han sido los tropiezos en la proyección del proceso de paz y los frustrados diálogos con el ELN. La segunda causa es la falta de compromiso del gobierno colombiano en la planificación de políticas destinadas a la solución de este flagelo, aunque la mejor solución es seguir apostándole a los proceso de construcción de paz, el gobierno colombiano ha hecho caso omiso a las pretensiones sociales en especial a el problema del desplazamiento forzado en el país.
¿Cuáles han sido los años con menor y mayor cantidad de desplazados en el país?
Según el registro de la Unidad de Víctimas, los años con menores casos de desplazamiento forzado en Colombia fueron 2015, 2016 y 2017, años que coinciden con los periodos de negociación del acuerdo de paz. En el primero de los años mencionados se presentaron 186.897 casos. En el segundo año, las estadísticas daban resultados descendientes con 102.671 casos y el año con menor cantidad de desplazados de la última década fue el año 2017 con 93.594 víctimas.
Mientras que los años con más casos de desplazamientos forzados en Colombia coinciden con políticas de confrontación armada como lo son el año 2000, 2002, 2005 y 2007. En el primero de estos se presentaron 607. 200 casos de desplazamiento. El segundo año corresponde al periodo con más casos de desplazamiento forzado en el país con 767.678 víctimas, y los años siguientes se caracterizaron por tener cifras similares que fluctuaron entre 482.799 y 482.197 casos.
Las cifras anteriores dejan en evidencia que la mejor política gubernamental para la disminución de los casos de desplazamiento forzado en el país es el desarrollo de los diálogos de paz.
