En este primer capítulo se trata la meritocracia, un concepto y palabra que usa mucho la derecha colombiana para argumentar que ellos escogen siempre a las personas más cualificadas y mejores para la administración pública. Sin embargo, ocurre todo lo contrario: amiguismo y clientelismo. En definitiva, la meritocracia es solo una palabra clave, usada mágicamente para esconder la corrupción, el amiguismo y el compadrazgo que existe en la política colombiana.
Esta corrupción, amiguismo y clientelismo lo vemos desde los nivel más bajos, en las candidaturas a un concejo municipal como en las grandes esferas del poder como el Grupo Aval y Odebrecht. En definitiva, no debemos caer en la demagogia electorera de la derecha, pero sobre todo, si queremos mejorar el país, tenemos que ser claros en decirle no al clientelismo, el amiguismo y la corrupción en todos los niveles.