Un vecino de Zipaquirá, en la vereda San Jorge, notó que algo pasaba. La hija mayor de Daniel Rincón salió de la casa desesperada y corrió hasta la casa más cercana. Jadeando empezó a contar lo que había sucedido: su papá, en un ataque de desesperación hizo lo más horrible del mundo.
La policía entró y encontró una escena dantesca: dos niños de 5 y 6 años estaban muertos. Su papá los había asfixiado hasta la muerte. En las cartas que dejó, quedaba claro porque tomó la peor de las decisiones. La falta de trabajo generada por la crisis de la pandemia lo llevó a asfixiar a sus dos hijos.
Las deudas, la amargura, la desesperación, primaron en la cabeza del hombre quien fue capturado en Chía.