Tres campañas electorales tuvo que enfrentar Juan Carlos Saldarriaga antes de convertirse en alcalde de Soacha. Estaba decidido a ocupar el puesto y no iba a rendirse tan fácil. Sin embargo, en 2019 consiguió los respaldos que necesitaba: el Centro Democrático y el Partido de la U le entregaron el aval con el que por fin ganó las elecciones con el 47% de los votos.
Desde que asumió como alcalde Saldarriaga sabía que la tendría cuesta arriba. Su gran apuesta fue la movilidad, área en la que es experto desde que pasó por la Dirección de servicios de la Secretaría de Tránsito y Transporte de Cundinamarca. Y es que los soachunos se pueden gastar hasta cinco horas diarias movilizándose para ir a Bogotá a trabajar y luego regresar a sus casas. Las exigencias de las personas siempre han estado ahí, y con la promesa de resolver la movilidad, se hizo elegir.
Pero todo eso parece que quedó aplazado. Ante el coronavirus, Saldarriaga tuvo que darle toda la atención a la emergencia, que en Soacha se agravó rápidamente, pero no por los contagios, sino por las promesas que lanzó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien al siguiente día de decretar un simulacro de cuarentena en la capital, que terminó extendiéndose tras la decisión del presidente Duque de volverla nacional y hasta el 13 de abril, aseguró que ningún bogotano iba a pagar durante un mes los servicios públicos. Una promesa que también escucharon en Soacha, pero que el municipio no tiene la capacidad de cumplir. Tras el anuncio, la alcaldesa tuvo que echar para atrás, pues esa no es una decisión que le compete solo a ella; el presidente Duque era quien tenía la última palabra.
Ni esa promesa ni la de techo y comida para todos durante la cuarentena anunciadas por Claudia López cayeron bien en los oídos de Saldarriaga, y no porque no estuviera de acuerdo, sino porque al ser de difícil cumplimiento golpean directamente a su municipio, del que además fue concejal en dos oportunidades.
"Más articulación y menos protagonismo", dijo Saldarriaga, quien además fue concejal de Soacha en dos oportunidades, en un video que publicó en la cuenta de la Alcaldía. En él dejó claro cuáles son los verdaderos dramas de los soachunos, que están más en riesgo de morir de hambre que de coronavirus. Cerca de 126 mil familias de las 228 mil que integran el municipio son estrato 0, 1 o 2; hay cerca de 56 mil desplazados; según el censo hay 7.600 personas discapacitadas que no pueden trabajar; hay más de 1.900 familias recicladoras; 800 familias campesinas; 30.000 venezolanos; 107.000 personas están en el Régimen Subsidiado y hay menos de medio policía por cada 1.000 habitantes.
El alcalde le pidió a la alcaldesa dejar las vanidades y trabajar en conjunto para que puedan atender a las personas durante la cuarentena. Al segundo día de ser decretada, un grupo de personas intentó saquear un almacén Ara. El hambre parece ser el mayor terror de los soachunos.