En Caracas, Venezuela, escasean los anticonceptivos. En la mayoría de las farmacias están agotados, por lo que la labor queda a merced de algunas mujeres que los venden en la calle. Su precio exorbitante de $1 representa a una semana de trabajo para un venezolano, y aunque en las calles también el precio es alto, es la única forma de tener un "control natal".
Este mercado negro se encuentra en Petare, una barrio de clase trabajadora de Caracas, donde se venden toda clase de productos falsificados. "Mantén a tu pareja muy feliz y complácelo, pero no olvides tomarte cada día una pastilla para no tener problemas. No quedarte embarazada", este es el discurso que algunos de los vendedores de pastillas adoptan cada vez que las venden, pues conocen los límites que existen a la hora de comprarlos, pues no hay con qué. Con todo el problema económico, las mujeres están siendo obligadas a tomar decisiones difíciles con sus cuerpos; desde enviar a sus hijos a dormir con hambre, hasta no poder brindarles las opciones apropiadas de salud. Incluso muchas mujeres están siendo forzadas a abortar, el problema es que el aborto es ilegal y es castigado con 2 años de cárcel, es por eso que el primer lugar en donde abortan es en sus casas y de ahí en adelante, en las calles. Es tan grande la ansiedad de concebir un hijo, que muchas mujeres optan por cruzar la frontera con Colombia y tener sus hijos allá para recibir las atenciones en salud apropiadas.
Otro de los problemas es que se desconoce la cantidad de mujeres que fallecen por abortar, las cifras no figuran ni son sacadas por el gobierno. Muchas entrevistas que se han hecho a médicos, especialistas, activistas y mujeres revelan que la muerte por aborto no solo es una alarma sino una completa emergencia. Ni siquiera se sabe el número de mujeres que han muerto por practicar un aborto.
El año pasado Venezuela ocupó el puesto número uno, junto con Bolivia, en Sur América en tener un aumento de embarazo adolescente en condiciones de deterioro, que lo convirtieron en un país en estado de emergencia, según la Organización Mundial de la Salud.