Con esta frase casi lapidaria Salomón Kalmanovitz identificaba el crecimiento del 3% en la economía colombiana que no se había podido identificar: este se ha dado gracias a las remesas que los colombianos en el exterior vienen haciendo desde hace años. Así lo expresaba desde su columna de opinión de El Espectador cuando analizab la actual reforma tributaria, mal llamada ley de crecimiento.
Una de las cosas que decía Kalmanovitz es que el incremento ha sido mayor desde Estados Unidos que ha logrado el pleno empleo este año. Le faltó reconocer el resto del éxodo colombiano, que después de la apertura de fronteras se queda en condición irregular en España, Portugal, Italia, Irlanda, entre otros países de la Unión Europea.
Las cifras de la discordia
Todo el mundo quiere hablar concretamente de cifra y pide a gritos de dolores que las corroboren. Desafortunadamente desde la Cancillería colombiana no les han interesado mucho estos datos. Tampoco hay datos fuera de los del Censo del Dane de 2005 y no tenemos esperanzas de que existan o no se lleguen a maquillar con las cifras que continuamente da el actual director de esta entidad pública.
Así las cosas, tenemos certificados en el 2005 existía una cifra que podemos llamar Dane 2005, equivalente a 3.378.345 colombianos en el exterior, y un “estimado” del año 2016 por parte de la Cancillería colombiana, equivalente a 4.700.000. Así sean unas cifras, esta última es solo eso, un estimativo, porque datos reales no se tienen, y tampoco hay voluntad política de hacerlos, ya que dejaría en mala posición al estado colombiano que niega el hecho migratorio, lo que Kalmanovitz determina en su columna como la exportación del desempleo.
Tampoco podemos dar eufemismos para establecer realidades que son superiores a estos. Decir que es el 10% de la población la que se encuentra en el exterior se queda corto ante las realidades sociales que vivimos los que trabajamos en la calle con nuestros paisanos, tratando de solucionar necesidades básicas como alojamiento, comida y trabajo a miles de personas y familias que se vienen a aventurar en Europa en estado irregular cada día, hecho este que no reconoce el estado colombiano.
Ver: Una nación de andariegos: Colombia tras 40 años de migraciones al exterior
Desde diversos colectivos y trabajadores sociales voluntarios en el exterior hay varias opiniones. Una de ellas, la de algunas personas del colectivo Víctimas en el exterior, es la de estimar en 7,5 millones de colombianos de ellas 500.000 personas víctimas y no reconocidas. Otra opinión, desde los que trabajamos con datos oficiales de comunidades autónomas en España, a 2014 de 5.5 millones, y desde la apertura de fronteras en España para turismo colombiano, 3 de diciembre del año 2015 a esta fecha en 2020, se estima que hay 6.5 millones de colombianos en el exterior y se cree que los cálculos van por lo bajo.
Cualquiera de estas opiniones se encuentra por encima de los estimativos de la Cancillería colombiana a 2016.
Según la revista Gerente.com, la Anif analiza que el boom de las remesas obedece al fenómeno del narcotráfico en Colombia. Los tiene preocupados que unos márgenes tan grandes de trabajadores puedan, según la propia revista: “generar casi las misma cantidad de divisas originadas en el sector agropecuario, alimentos y bebidas en 2018 (US$7.301,3 millones) y, de hecho, las remesas ya superan las exportaciones de café y flores entre enero y julio de 2019”
Seguro que hay blanqueo de capitales, pero no del tamaño del que ellos calculan, además teniendo todo tipo de leyes y procesos internos que tienen que aplicar las empresas de Money Transfer en el mundo, en relación a prevención de lavado de activos, blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, hecho este que cada día cierra más el círculo sobre esta parte financiera del flagelo el narcotráfico.
Desde el ejemplo
Desde las víctimas en el exterior se presentan los siguientes datos:
1. Víctimas Reconocidas del conflicto armado colombiano hasta noviembre del año 2019, 26.751 personas. Sin embargo, se estima que hay más de 500.000 en 46 países que aún no están reconocidas como tal.
2. Los 10 países con mayor número de personas en el RUV:
- Ecuador 8.808
- Venezuela 3.993
- Canadá 3.214
- España 2.505
- Estados Unidos 2.729
- Panamá 1.409
- Costa Rica 748
- Suecia 567
- Chile 559
- Francia 336
3. Personas únicas incluidas por género:
- Hombres: 13.020 (50.88 %)
- Mujeres: 12.285 (48.00 %)
- LGBTI: 71 (0.27 %)
- No informa: 215 (0.85 %)
4. Personas únicas incluidas por etnia:
- Afrocolombianos: 2.076
- Indígenas: 518
- Palenqueros: 15
- Raizal del archipiélago de San Andrés y Providencia: 4
- Rom: 1
- Ninguna: 22.977
5. Personas únicas incluidas por ciclo vital
- 0 a 5 años: 370
- 6 a 12 años: 1175
- 13 a 17 años: 1409
- 18 a 26 años: 3549
- 27 a 59 años: 13656
- 60 o más años: 3459
- ND: 1928
6. Los cinco hechos victimizantes con mayor número de personas incluidas:
- Desplazamiento forzado: 20.932
- Amenaza: 13.013
- Desaparición forzada: 602
- Acto terrorista / Atentados / Combates / Enfrentamientos / Hostigamientos: 420
- Delitos contra la libertad y la integridad sexual en desarrollo del conflicto armado: 384
*Una persona puede haber declarado más de una vez y más de un hecho victimizante.
Cifras con corte a 30 de septiembre de 2019
7. Total de indemnizaciones administrativas
2.912 personas únicas han sido indemnizadas en 41 países del mundo por valor de $20.362.669.050. Cifras con corte a 30 de septiembre de 2019.
Así pues, con este ejemplo, queremos hacer ver que el primer gran reto para la comunidad colombiana en el exterior en los próximos dos años con sus realidades y gran diversidad será el de conocer realmente, con datos coactivamente ciertos y relativamente válidos, cuántos somos y dónde estamos. Es muy importante establecer este dato ya que ofrecerá realidades para la aplicación de normas (en especial la nueva ley general de migración, emigración y retorno, que en la próxima legislatura se abrirá paso por el fenómeno migratorio venezolano), gestión de políticas y generación de planes, programas y proyectos que beneficien a este colectivo que puede estar pasando del 13.5% del total de población colombiano.
Una reflexión: no necesitamos un “día del migrante colombiano”, ya que no sabemos en qué supuestamente nos beneficia esa ley que no es más que demagogia pura y dura del actual gobierno. Requerimos acciones reales y voluntad política de hacer partícipes a ese grupo tan grande de connacionales en el exterior en las decisiones trascendentales de la nación, ya que desde aquí, desde el exterior, se han venido expresando el inconformismo, la necesidad de cambio en las diferentes estructuras del país y en la necesidad de generar más oportunidades de desarrollo a las personas en Colombia, desde la educación, la generación de empleo de calidad, acceso a servicios de calidad y garantizados por el Estado para evitar así tener esta exportación, la exportación del desempleo desde Colombia.