Con motivo del XXIII Congreso Nacional del PCC, a realizarse el mes de julio en Bogotá, nos permitimos presentar las siguientes consideraciones generales sobre los temas de discusión, con el ánimo de aportar elementos de juicio que puedan ayudar a construir una salida democrática de la profunda crisis económica, política y social en que se debate el pueblo colombiano, ahora mucho más agudizada y agravada por la pandemia del Covid-l9.
El congreso va a discutir y aprobar la línea política del partido y del movimiento popular, la actualización programática y la reforma de los estatutos, teniendo en cuenta los cambios socioeconómicos y políticos ocurridos en la sociedad, y las tendencias más relevantes del modelo de desarrollo capitalista neoliberal, con sus consecuencias nefastas para la democracia y la justicia social, con el fin de contribuir a la unidad popular para la lucha por un nuevo poder democrático.
Las tesis están conformadas por ejes temáticos que estudian la crisis de la sociedad capitalista contemporánea, la paz de Colombia y de América Latina, el nuevo momento de la luchas de los pueblos latinoamericanos, el proceso de paz y la solución de la crisis nacional, la unidad popular para los cambios democráticos, la propuesta de programa para un gobierno democrático, y la vigencia de un partido comunista para la construcción de la paz y la democracia colombiana.
1. En cuanto al tema de organización se debe hacer un resumen de las conclusiones y reformas estatutarias habidas en los congresos realizados desde su fundación, teniendo en cuenta las circunstancias políticas, sociales y económicas, tanto nacionales como internacionales que rodearon la realización de tales eventos, que justificaron en su momento las decisiones políticas, organizativas y programáticas, con el fin de auscultar las causas de los errores y formular los caminos y métodos de corrección.
2. Hoy en día, después del derrumbe del sistema socialista (1989), con los profundos cambios introducidos por la moderna tecnología digital, y en medio de la crisis del modelo de acumulación capitalista neoliberal (1980-2020), hay que preguntarse si el modelo de organización y de estructuración actual del PCC, es el que necesita el pueblo colombiano y las mayorías de trabajadores formales e informales, y de las llamadas capas medias, para salir del estado de postración, de pobreza y desigualdad en que lo ha crucificado la oligarquía dominante con su modelo de acumulación violento, corrupto y neoliberal.
3. Hay que determinar cuál es la tendencia que se impone en esta etapa del desarrollo capitalista dominada por las tecnologías de la información y de las comunicaciones, y las correspondientes consecuencias en el régimen laboral, en la degradación del medio ambiente, y en las guerras y migraciones impuestas por el imperialismo.
4. Con el cambio del “sujeto histórico” tradicional (la clase obrera, el movimiento obrero y sindical), el movimiento social y político de la lucha anticapitalista se desplazó hacia los sectores de las juventudes estudiantiles, el movimiento de mujeres demócratas, los movimientos feministas, las organizaciones no gubernamentales, indígenas, campesinos, ecologistas, animalistas, comunidades religiosas, defensoras de los derechos humanos, etc.
5. ¿Será que seguir insistiendo en los principios del centralismo democrático, la dirección colectiva, y la crítica y la utocrítica, contribuye a salir de la crisis en la participación electoral? La teoría de la administración pública moderna tiene los elementos necesarios para el desarrollo de la organización, con los principios de planeación, control y evaluación en el trabajo político de los Regionales.
6. ¿Qué diferencias, ventajas y desventajas puede haber entre la concepción de un partido comunista, marxista leninista, y la concepción de un movimiento amplio democrático popular, y sus correspondientes formas de organización, de programa y de lucha electoral!
7. ¿Cuál es el objetivo fundamental del PCC en esta etapa que estamos viviendo a nivel nacional e internacional? Estamos por una democracia capitalista o por una democracia socialista, o hay un término medio para una democracia estable y duradera, entre las dos formas de Estado y de gobierno en esta etapa de globalización imperialista?
8. ¿Cuál es el contenido programático concreto para un gobierno democrático, pluralista y popular en la Colombia de hoy? ¿Cuáles son las formas organizativas para la toma del poder por la vía electoral y para sostenerlo en el tiempo frente a la conspiración del capitalismo imperialista neoliberal?
9. Hay que ubicarse en la ola moderna de la tecnología digital que no tiene reversa y que lleva necesariamente a nuevas formas de organización social y política. La cultura del teletrabajo se impone a un ritmo vertiginoso como lo está demostrando la profundización de la crisis capitalista neoliberal, acelerada por el tratamiento del coronavirus.
10. La gran pregunta es si el modo de producción capitalista con su modelo neoliberal tiene la forma y los medios para superar la crisis conservando la esencia de un régimen de explotación económica y de opresión política de los trabajadores, y de depredación de la naturaleza, como en efecto lo es el régimen de acumulación capitalista.
11. Es decir, si la crisis actual es una crisis del modelo que puede ser superada por otro nuevo modelo de acumulación sin destruir la esencia de la explotación capitalista, en otras palabras, si es una crisis de coyuntura o una crisis del régimen de producción capitalista.
12. Teniendo en cuenta las experiencias negativas y positivas de los gobiernos progresistas en toda la América Latina a partir del año 2000, con la excepción de Colombia, ganados a través de la lucha electoral, podemos decir que tanto las bondades como las deficiencias de estas experiencias nos están demostrando que para poder conquistar, y sobre todo para poder sostenerse en el poder, hace falta un programa claro, preciso y concreto sobre lo fundamental, y además hace falta la organización de un amplio movimiento de masas para llegar al gobierno y mantenerse en el poder por medio de la vía electoral, con mayorías en el Congreso de la República y en el poder local, para poder llevar a cabo la revolución democrática y continuarla hacia el socialismo con la participación del movimiento de masas.
13. Sin un “disco duro” que dirija el proceso, es decir, sin la unidad programática, política y orgánica de un movimiento amplio y de masas, sin un partido revolucionario que sea parte integral de la dirección del movimiento por los cambios democráticos hacia el socialismo, es muy difícil enfrentar las transformaciones democráticas, que demanda urgentemente la crisis del país.
14. Precisamente la gran deficiencia, y en ultimas la causa de la derrota temporal de los procesos progresistas de América Latina, guardadas las diferencias históricas y nacionales de cada proceso, estuvo en la ausencia de un gran partido revolucionario de masas, con dirigentes claros y capaces de dirigir el proceso democrático y revolucionario. Por supuesto con las contadas excepciones del caso.
15. En Colombia, una vez firmado el acuerdo final del Teatro Colón (2016), las fuerzas progresistas entraron en la construcción de una etapa democrática que fue suspendida y obstaculizada por el ascenso a la presidencia del Centro Democrático y sus aliados (2018) y suspendida temporalmente por la declaratoria de emergencia sanitaria, económica y social, debido al tratamiento de la pandemia del coronavirus, pero que resurgirá una vez descubierta la vacuna contra el COVID-19, si es que no se adelanta el proceso de maduración de la crisis nacional.
16. Obviamente, en esta perspectiva, el PCC y las fuerzas democráticas deben abrirse paso en las comunas populares con una forma de organización que se convierta en un equipo de trabajo colectivo para el estudio y la lucha por el poder municipal.
17. No basta con tener unas pocas “células” formales aisladas de los escenarios donde se toman las decisiones sobre las políticas públicas, hay que aspirar a conformar equipos de trabajo y de estudio colectivos municipales, para poder organizar el frente amplio para la toma del poder popular con el fin de construir el programa democrático que sea la base de una democracia ecológica y socialista.
18. Solo en la medida en que la gente vote por un programa y por unos dirigentes y candidatos democráticos a las corporaciones públicas se podrá medir el grado de influencia real del movimiento democrático y revolucionario.
19. Lo demás no deja de ser un ejercicio académico importante pero insuficiente para movilizar a las masas populares abstencionistas a votar mayoritaria y políticamente a favor de los movimientos progresistas para cuerpos colegiados y para la presidencia.
20. El PCC y las fuerzas democráticas, revolucionarias y progresistas, tienen vigencia política si se organizan para los cambios socioeconómicos y políticos que se avecinan para después del COVID-19. Por supuesto que para esta nueva etapa que se avecina debemos aprovechar el espacio con un movimiento organizado y unitario, con un programa mínimo de lucha sobre lo fundamental y con la visión clara de poder y de gobierno democrático y popular para las elecciones presidenciales del 2022.
21. Mientras tanto juega un papel fundamental en la construcción de la unidad, la bancada progresista en el Congreso de la República mediante el control y la denuncia política del régimen y con las distintas formas de movilización popular, tal como lo hicieron hoy miércoles 27 de mayo, los conductores y transportadores intermunicipales en todo el país.
22. Nada va a pasar después del coronavirus si no hay un poderoso movimiento popular unitario que se encargue de empujar hacia delante la protesta popular que se avecina como un tsunami de rabia e indignación.
23. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, como lo dice el refrán popular, por lo tanto hay que insistir en el programa unitario, para lo cual tenemos algunos insumos como la propuesta del Comando Nacional de Paro, la Escuela Nacional Sindical, la propuesta del PCC, y los siguientes elementos que pueden contribuir a la elaboración de la hoja de ruta del movimiento popular y democrático:
- La intercomunicación con internet a todos los estudiantes del país.
- Reforma democrática del sistema de salud-nacionalización del sistema de salud.
- Teletrabajo y telestudio dignos y democráticos.
- Reforma tributaria integral, progresiva y democrática.
- Soberanía alimentaria y bienestar para el campesino (Reforma Agraria Integral).
- Desarrollo científico y técnico en alianza pública-privada (APP).
- El ingreso mínimo vital para todos los trabajadores informales y desempleados, equivalente a una canasta familiar con los productos básicos indispensables.
- Reforma del sistema de financiación y del contenido de la educación.
- Vivienda social digna e integral.
- Reforma política-electoral democrática.
- Política exterior independiente y soberana.
Los resultados electorales presidenciales del 2018, los locales y regionales del 2019, el paro nacional de 21 noviembre de 2019, y la crisis económica, política y social de este gobierno, acelerada y agravada por el COVID-19, son elementos que hay que tener en cuenta para la construcción de la unidad democrática.
Entonces a organizar el movimiento unitario con equipos de trabajo municipales por un gobierno democrático y popular para el 2022, que le dé una salida democrática a la crisis nacional.
