Imagínate terminar una carrera universitaria que te costó pagar y tener las esperanzas puestas en apenas recibir el diploma comenzar una vida laboral, pero al salir de ese mundo de fantasía encontrarse con la dura realidad de que no hay trabajo, que te hace falta experiencia (que no la has adquirido porque muchas empresas no te dieron la oportunidad por estar estudiando), que dichas empresas no se fijan en tus habilidades adquiridas, y que lo que vale es demostrar que tienes un conocimiento y que lo pusiste en práctica en algún empleo.
En muchos campos laborales no valen 4 o 6 meses de experiencia que se tienen de práctica universitaria, pero tampoco brindan la oportunidad de crecer, de adquirir conocimientos nuevos y de demostrar la capacidad de autogestión, eso también desmotiva. Eso lleva a que muchos nos veamos en la obligación de desempeñarnos en empleos donde no somos felices, donde hay un ambiente laboral pesado, y donde no existe la posibilidad de crecer como profesional.
Además, la pandemia hizo que esta situación se agudizara aún más. Para nadie es un secreto que la vida laboral no es fácil, pero algunos con ayuda extra o con “palanca” tienen posibilidad de acceder a dichas ofertas, ¿pero qué hay de los demás? Esta situación trae consecuencias como problemas de salud mental. Entre los más comunes se encuentra la depresión. A esto súmele la falta de confianza y la pérdida de habilidades psicosociales.
Esta situación se ven traducida en la realidad en casos como el del vendedor de aguacates que terminó con su vida por la falta de oportunidades en la que se vio sumergido. Y aunque no siempre todos los casos terminen así, sí que es cierto que el no tener empleo ni oportunidades afecta psicológicamente al punto de no sentirse conforme con lo que se estudió y con que no se es suficiente en ningún aspecto, ni para ninguna empresa u oferta laboral.
¿Pero qué hacemos los miles de colombianos que queremos trabajar, pero no nos dan empleo y fuera de eso no tenemos la suficiente experiencia certificable? La respuesta es sencilla, seguir insistiendo y capacitándose por cuenta propia, y a su vez esperando que quizás dios, el destino o algún milagro se den para comenzar a laborar.
