“Desde que te fuiste, la ausencia tiene tu nombre”.

“Desde que te fuiste, la ausencia tiene tu nombre”.

Por: Eva Durán
octubre 04, 2013
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“Desde que te fuiste, la ausencia tiene tu nombre”.

El pasado 5 de julio se cumplieron dos años del suicidio de Osvaldo Orozco, destacado baterista del emblemático grupo de rock metal barranquillero Circulo Vicioso. Los interrogantes alrededor de los motivos que lo llevaron a esa fatal decisión persisten.

“A las dos de la noche en un martes, mi mente nublada de recuerdos angustiosos, o algo más que recuerdos, es el peso del presente al que me siento atado, pero no son síntomas de autodestrucción, sólo es la pesadumbre que tanto agiliza mi cuerpo sin poder comprender lo que pasa”. Escribió Osvaldo en su libreta de apuntes, con fecha desconocida. Con tan soló 25 años, al momento de su muerte estaba terminando con honores, la carrera de filosofía en la Universidad del Atlántico; había ganado una beca para estudiar en México, estaba trabajando en un call center, estaba escribiendo su tesis de grado sobre la historia de los barrios barranquilleros, estaba componiendo prolíficamente y tocando la bateria, en su propia banda de rock pesado. Nadie al parecer, sabia la dura procesion emocional que llevaba por dentro.

Siempre se mostró ante sus amigos amable, alegre y lleno de vida y de proyectos. Sin embargo, su alma navegaba por truculentos, sangrientos abismos y laberintos, de preguntas sin respuesta.

"Todo lo sólido se desvanece en el aire," aparece una frase que puede ser una respuesta a la agonía temporal que tanto me aqueja”.

El grupo Circulo Vicioso se inició en el 2003, liderado por Osvaldo (bateria) en compañia de Jaime Gomez (voz), un proyecto músical alternativo y experimental. Posteriormente se sumarían Carlos Villalobos, Luis Manjarrés y Jonathan Cabrera. Durante tres años trabajaron y perfeccionaron su primer trabajo, y sólo hasta el 2006 se mostraron al público. Desde ese momento, se presentaron éxitosamente en múltiples escenarios de Barranquilla, Santa Marta, Cartagena y Valledupar.

“La pesadumbre que llevo a cuestas, se me presenta de manera esporádica sin los cambios repentinos en mi conducta ( ) algunas personas que me rodean en esos momentos se empalagan de tanta alegría, siento en esos momentos una animadversión hacia mi persona, hacia mi ser”.

El momento de más actividad de la banda se dió entre 2009 y 2010, en que hacían hasta dos toques mensuales. Trabajaban febrilmente, Osvaldo era muy crítico y analítico, amaba el cineclub, leía literatura compulsivamente, pues creció en una casa en la cuál, los libros son parte esencial de la vida. Cuando no tenía bateria para ensayar, ensayaba con las maquetas sobre pilas de libros. Según sus amigos, luchaba en cada momento por no quedarse en lo obvio, por no tragar entero, por analizar, escudriñar y discernir. Estudió música con Einer Escaf en Bellas Artes.

“¿Que ha de ser de esta agonía que en ciertos momentos no logro soportar?” Fue encontrado muerto la madrugada del 4 de julio de 2011, ahorcado. Escogió para colgarse, una viga en el callejón de su casa familiar, en el barrio El Salvador, lo encontró una tía.

“Ay vida! Si fueras tan fácil de comprender!, pero surge la disyuntiva de si el comprenderte nos dará felicidad”. Para Luis Manjarres, bajista de Circulo Vicioso, su perdida es una increible incognita, un hueco sangriento en los sentimientos, un teorema sin solución posible. Pues muy a pesar de su busqueda existencial, Osvaldo amaba la vida. Los días anteriores estuvo conversando y bromeando como siempre, nada presagiaba el desastre.

“Se logra vislumbrar cierto tipo de respuestas a las agonías de la noche anterior” El grupo Circulo Vicioso lucha por superar la perdida, mantenerse unido y salir adelante; por reacomodar las cargas y sacar material nuevo. Cada uno ha seguido una vida, paralela a la música. Por ejemplo, Luis trabaja en Bancolombia, Jonathan tiene su propia academia de música y Carlos es ingeniero electrónico.

Una mano anónima escribió en homenaje a Osvaldo, en una website esta despedida : “Desde que te fuiste, la ausencia tiene tu nombre. Las cosas no son iguales, caminar por ésta ciudad es un auténtico suplicio, pues todo está lleno de pequeños detalles y recuerdos imborrables, atados a su imagen y a su memoria. Desde la plaza de la paz, que conquistó y arrasó al margen, de su militar y desenfrenada cadencia en la batería, hasta los almacenes del downtown, dónde venden esa ropa vieja y anticuada que tanto le gustaba usar”.

Barranquilla está colmada en cada esquina, de geniales artistas anónimos, que ignorados por la multimillonaria empresa del carnaval y las instituciones estatales, guerrean tenazmente día a día, por mantener la fe y el espíritu, por proponer, cuestionar y sacudir la abotagada consciencia colectiva. Algunos, como Osvaldo, no consiguen pasar al otro lado.

Él al igual que muchos otros, hace parte del patrimonio oral e intangible de esta ciudad. No le olvidemos.

Eva Durán

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