Desde corta edad, Carla Giraldo se acostumbró a pisar sets de televisión, gracias a su madre adoptiva. Nació en Medellín, pero vivió la mayor parte de su vida en Bogotá. Nunca conoció a sus padres biológicos, pero corrió con la suerte de ser adoptada por una pareja profesional y reconocida.
Su debut en la televisión fue interpretando a la hija de Alejandra Borrero, sin embargo, la novela Me Llaman Lolita fue donde se consagró como actriz. Desde los 11 años, Giraldo se convirtió en un sex symbol. Y a los 14 años, cuando volvía a consagrarse con la inolvidable primera etapa de Francisco el matemático, decidió irse a vivir sola.
Pocos recuerdan las polémicas que la paisa ha protagonizado y dejado en el pasado. Sin tapujos, ella las recuerda, no se arrepiente de nada y hasta se siente orgullosa de ellas.
Cuando se robó y chocó un carro de la fundación que ella misma ayudó a fundar, fue la vez que inició una ola de escándalos; que a su corta edad utilizó para dar de qué hablar: le mostró al país que era bisexual y que además estaba enamorada de una mujer, la mexicana Natalia Arroyave.
Aunque la mayoría ciertas, la realidad se lleva bastante de diferencia con su reputación. A los 23 años se tomó su primer trago; cuando el tiempo le daba, frecuentaba algún bar con sus amigas cercanas; conoció a un hombre que mantenía una relación, y tiempo después sería el futuro padre de sus dos hijos.
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