Carrasquilla, a pesar de su prontuario, fue instalado en el Ministerio de Hacienda. Es decir, pusieron al ratón a cuidar el queso, a sabiendas de que la bravuconada del virreinato amilanaría arrodillada a una nación como ha sido la costumbre por décadas.
#28A y sus días subsiguientes, que aún no terminan, fueron la continuación del #21N que se aplazó por la pandemia, pero el poder del pueblo desafió todo el poder que le había dado al Estado y que creía incapaz de hacer oír y sentir su mano, pues es el pueblo el legítimo regidor, no quienes nombran.
Colombia saboreó en estos días pasados lo que en otrora Jaime Garzón expresara sobre el poder popular y la forma como subrepticiamente estos “señores feudales” han sometido una nación bajo su dominio.
Lo que no pudo el Congreso con sus debates de control político, boicoteados por el partido de gobierno, lo logró el pueblo de un solo plumazo, pero atentos…
Ahora lo premian y lo condecoran como héroe caído y para los serviles del régimen, el pueblo habrá sido injusto y desagradecido.
La culebra sigue viva. ¡Vamos por más!