El seguimiento de las millonarias cuentas de Edmundo Rodríguez Sobrino, el número uno de Inassa para las operaciones en América Latina contribuyeron a delatarlo. La Justicia española logró ubicar tres predios desde donde operaba y que había adquirido con recursos cuyo origen están investigando. Su hija Patricia Rodríguez Revuelta, residente en Inglaterra, trabajaba en llave con su padre quien tenía el rol directivo de primer nivel en la operación de Inassa, la subsidiaria del Canal de Isabel II. La coordinación se realizaba desde Barranquilla con un eje importante en República Dominicana donde ya fueron detenidos un grupo de funcionarios incluido un ministro por actos de corrupción.
Las tres propiedades de Edmundo Rodríguez, detenido en Madrid desde diciembre pasado, estaban a nombre de su hija Patricia Rodríguez Revuelta quien vivio en el Reino Unido, como ejecutiva del Banco Santander desde el año 2008 hasta 2012, periodo en el que no declaró renta al gobierno español. Durante los ejercicios tributarios del 2014 y 2015 apareció su titularidad en cuentas bancarias en Jersey, una isla paraiso fiscal en el Canal de la Mancha, a una hora de Londres y la propiedad de inmuebles en Colombia, un apartamento en la calle 76 en Alto Prado en Barranquilla, uno de los sectores residenciales más exclusivos de la ciudad; un apartamento en el complejo turístico de Playa Dorada Rivera Azul, en la ciudad San Felipe de Puerto Plata y la más valiosa de las propiedades: una casa en el número 97 de la calle Rusthall en Londres, valorado en 1.5 millones.
Rodríguez Sobrino manejaba varias sociedades en Panamá y apreció mencionado en los Panama Papers, hecho que precipitó su despido de la presidencia de Inassa por parte de la Presidenta de la Comunidad de Madrid. Un dato diciente es el que la fecha de apertura de la cuenta en Jersey coincide con el nombramiento de su padre Edmundo Rodríguez como cabeza de la operación de Inassa en América Latina cuando adquirieron la Triple A con un sobre costo a Aguas de Barcelona.
En interceptaciones realizadas a Rodríguez Sobrino, se le ha escuchado reconocer que el desembolso realizado en Panamá por USD 73 millones para quedarse con el 78% del capital de Inassa y operaciones posteriores se pagaron USD $25 millones a las que la Procuraduría y la Fiscalía colombiana les siguen la pista a través de bienes puestos a nombres de terceros. Entre las acusaciones por parte de la justicia española a los directivos de Canal de Isabel II es haberle pagado a Aguas de Barcelona, once veces el valor de Inassa, señalando esta compra como el punto de arranque de la corrupción de la empresa de la Comunidad de Madrid con Colombia.
Los primeros rastros de bienes de colombianos son los que adquirió, probablemente con recursos producto de la operación de la Triple A, el samario Diego Garcia, la mano derecha de Rodriguez Sobrino, quien está pendiente de ser extraditado a España. Se trata de dos apartamentos en Cartagena, uno en el condominio Brisas del mar; otro en El Rodadero en Santa Marta para completar, además de otro apartamento en el edficio Bellini de Barranquilla.