Imponentes edificios, automóviles de alta gama, parques impecables y restaurantes lujosos son pan de cada día en la exclusiva zona rosa de Bogotá ubicada desde la calle 80 hasta la calle 100 que abarca la Autopista Norte hasta la carrera Séptima. La privilegiada zona, y sobre todo, la más custodiada de la capital en la que solo habitan figuras públicas, políticos y miembros del sector empresarial, hoy esta plagada de inseguridad y criminalidad. Son comunes los robos a diario que lejos de pasar desapercibidos se convierten en macabros titulares de prensa, pues siempre terminan, lamentablemente, con asesinatos, robos, plomo y caos.
Hoy, a un joven de 25 años le dispararon en el pecho y le propiciaron un golpe en la cabeza a las 7 de la mañana. Los hombres se movilizaban en una moto que ni siquiera tenía placas. Sucedió en plena calle 86 con carrera Séptima a hora pico. De inmediato, trasladaron al joven a la Clínica El Country y aunque estuvo al borde de la muerte, se salvó. Con la misma suerte no corrió el patrullero Edwin Caro Gómez que con solo 24 años le arrebataron la vida unos ladrones de nacionalidad venezolana que se hacían pasar por domiciliarios de Rappi en marzo de esta año. Fue a las 3 de la tarde en la misma zona: calle 79 con carrera Séptima, la víctima se desangró en plena avenida a los ojos de los transeúntes. Los robos en la zona rosa tienen el mismo modus operandi: balas por doquier a plena luz del día. Así se vivió, el pasado 28 de junio cuando un hombre abrió fuego contra unos ladrones que intentaron atacarlo.
Sin mencionar, el robo masivo de bicicleta en la zona. Los ladrones saben que en esta zona de barrios estratos 6 habrán bicicletas profesionales que no bajarán de los 10 millones de pesos y podrían llegar a costar 50 millones de pesos. Hace dos meses, una joven que se transitaba con un grupo de amigos por la calle 85 a las 5 de la mañana, una ruta común entre ciclistas amateur para subir a Alto de Patios en La Calera, fue atacada con puños por hombres que la bajaron a la fuerza y se llevaron su bicicleta en un van blanca. La calle 85 con carrera séptima se ha convertido en la Navidad de los ladrones de bicicletas que ya no pueden robar en la vía a La Calera debido a que por el alto flujo de ciudadanos, los policías custodian día y noche la zona.
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