El anuncio hecho por el presidente Juan Manuel Santos el pasado 19 de enero de extender a todo el país la prohibición del porte de armas tuvo una deliberada omisión: fue una medida implementada con éxito por Gustavo Petro en Bogotá. Es por eso que bien cabe aplicarle el adagio popular de que “todo lo del pobre es robado”, que no es otra cosa que restarle mérito a los logros de quien no pertenece a las clases hegemónicas.
Esa fue la sensación que tuve ayer cuando Santos anunció que dicha restricción se aplicaría en todo el país sin siquiera mencionar el caso exitoso de Bogotá, así fuera sin aludir a Petro. Cuando el ex alcalde informó la restricción el mismo día de su posesión, le llovieron toda suerte de críticas: que no estaba facultado para adoptarla porque era competencia del Ejército; que ya se había negado anteriormente; que era un anuncio efectista; y que los ciudadanos de bien se quedarían indefensos frente a los delincuentes. Sin embargo, la Brigada XIII, efectivamente facultada en el caso de Bogotá, la acogió y se pudo aplicar durante los cuatro años de gobierno.
El paso del tiempo, y ahora Santos, le dieron la razón a Petro. Al cabo de su administración, uno de los logros que el ex alcalde le dejó a Bogotá -y por extensión al país ahora que se aplicará en todo el territorio nacional- fue la reducción histórica de homicidios. Las cifras oficiales indican que en los últimos 50 años el promedio anual de homicidios era de 26 por cada 100 mil habitantes. La administración Petro la bajó a 17 por cada 100 mil habitantes.
Y no es un acierto de poca monta: implica, nada más y nada menos, que el monopolio de las armas debe estar única y exclusivamente en manos del Estado, sobre todo ahora que estamos a puertas del desarme y proceso de paz con las Farc. Es un planteamiento del cual, ni siquiera llorando, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha logrado convencer a sus conciudadanos. Pues ayer, aquí, en Colombia, un país vapuleado por la violencia, se logra restringir, no sin algo de críticas. Y la punta de lanza fue la Bogotá gobernada por Gustavo Petro.