Las relaciones internacionales de los estados reflejan la filosofía de los gobiernos. Estas se ciñen de manera general por mantener la concordia entre los estados, buscar el fortalecimiento de las relaciones en materia cultural y educativa, y fundamentalmente aumentar el intercambio comercial entre sus economías, todo a pesar de las ideologías. Pues bien, el actual presidente de Colombia Iván Duque ha abierto el debate entre los ciudadanos respecto a la participación de los EE. UU. en esa gesta, los protagonistas, acontecimientos... ya los historiadores nos esclarecerán estos hechos, bastante se ha escrito sobre ello.
Mi preocupación radica sobre las decisiones del gobierno del presidente Duque en el campo internacional, frente a los acontecimientos en nuestro hemisferio. Es un error de la Cancillería Colombiana apoyar las declaraciones del Grupo de Lima, así como las aventuras de Luis Almagro, sobre quien la mayoría de analistas coinciden en afirmar que ha jugado un papel lamentable en la forma como aborda la conflictividad en Venezuela.
El embajador Carlos Calles Castillo, representante de la república de El Salvador, quien preside el Consejo Permanente de la OEA, convocó por solicitud de su secretario general Luis Almagro una sesión extraordinaria del Consejo Permanente con un único punto en el orden del día: considerar “la Situación en la República Bolivariana de Venezuela". La cita será el próximo jueves 10 de enero de 2018, justamente día en que toma posesión por un nuevo periodo el presidente electo Nicolás Maduro 2019-2025, a las 11:00 am y tendrá lugar en el salón “Simón Bolívar”, paradójicamente nombre del libertador cuyo ideario es enarbolado por el gobierno en cuestión.
Solo un día después, el 11 de enero de 2018 tendrá lugar otra sesión extraordinaria del Consejo Permanente esta vez el único punto de discusión será “la Situación en la República de Nicaragua”. La respuesta no se hizo esperar el 1 de enero de 2019, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua dirigido por su canciller Denis Moncada Colindres emitió un comunicado a los cancilleres de los gobiernos de américa latina y el Caribe, señalando “La decisión del secretario general de la OEA Luis Almagro, de promover la aplicación de la carta democrática interamericana a Nicaragua, es improcedente, ilegal, sin fundamento jurídico contraviene la misma carta democrática interamericana y la carta de la organización de los estados americanos” , es indiscutible que la agenda del secretario general Almagro este año tal como se vislumbra girara entorno a los acontecimientos en estos dos países: Venezuela y Nicaragua, es decir más de lo mismo.
Cabe destacar que en la resolución del plenario nacional del Frente Amplio, reunido el 15 de diciembre de 2018, resuelve en su primer punto: “Expulsar al señor Luis Almagro de los registros de adherente al Frente Amplio. Aprobada”, el otrora Canciller de Mujica sin embargo buscará a mediados de marzo de este año su reelección como secretario general de la OEA, para lograr ese propósito necesitará una mayoría simple de 18 votos de los 34 estados miembros.
Las semanas por venir serán claves, por tanto, es importante tener una lectura objetiva de la situación fuera de los apasionamientos, México y Uruguay llaman al diálogo, y se distancian del Grupo de Lima quien ya tomó partido dando legitimidad a la Asamblea Nacional dominada por la oposición en el caso de Venezuela.
Ante esta situación ¿es la OEA, Unasur, CELAC o la ONU el escenario para lograr una salida dialogada a la situación en estos países?, ¿es la figura de Luis Almagro el referente ético para alcanzar la unidad de nuestros estados, el respeto de la soberanía, el principio de autodeterminación y no involucramiento en los asuntos internos de los países?, ¿acierta en su posición la Cancillería dirigida por el Dr. Carlos Holmes Trujillo?
Mandela, quien combatió el régimen del Apartheid y no tuvo nada que ver con la gesta independentista en Colombia, estuvo preso por 27 años, después de su liberación fue electo presidente en las primeras elecciones democráticas de Sudáfrica en 1994, iniciaría una política de convivencia, su guía fue la filosofía Ubuntu abogando por crear un lazo comunitario, donde la fuerza de uno reside en la de los demás en pos de conseguir una vida en paz, sin venganzas. “Yo soy porque tú eres” es un ejemplo de que otra vía es posible, entre tanto seguimos en línea, juzguen ustedes, amanecerá y veremos.