“El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política” — Simón Bolívar, Discurso de Angostura, 15 de febrero de 1819.
Es indudable que la oposición en Venezuela se está llevando una paliza de padre y señor mío en términos políticos. Otra derrota electoral en las elecciones regionales al ganar solo 5 de las 22 gobernaciones. La oposición grita desesperadamente ¡fraude! Y lo que es peor, la derrota en la presidenciales del 2018 es inminente. Maduro, el hombre de las dificultades, sale adelante y con una victoria arrolladora. Ahora, hay que esperar a que la oposición en un acto desesperado y animado por los gobiernos neoliberales de la región no active el peligroso caldero de las guarimbas y del terrorismo.
Queda demostrado, después de estos resultados, que Chávez está en el corazón del bravo pueblo y que es muy difícil despojar a la patria de Bolívar de este sentimiento. Quedó ratificado que la imagen de Chávez está intacta y puede sobrevivir sin problema alguno a los avatares de la política. ¡Qué viva la boina roja! El pueblo bolivariano aparte de que es valiente, es supremamente inteligente y sabe perfectamente quién se equivoca y quién brinca la talanquera. Qué bueno sería que este pensamiento chavista fuera exportable. No importa que este movimiento sea calificado de populista-reformista y además que se utilicen comillas para enmarcar los conceptos revolución bolivariana y socialismo del siglo XXI.
Los imperialistas saben que tienen un hueso duro de roer, le dan la mano a la oposición venezolana, motivada por el lobby que ejerce el senador por la Florida Marco Rubio, quien amamanta a esta oposición. Desde el norte imperial llueven todo tipo de epítetos descalificadores contra el proceso bolivariano y su negativa de imponerle al bravo pueblo el modelo neoliberal. Donal Trump ha sugerido que en Venezuela existe un Estado canalla. El secretario de Estado adjunto para la seguridad y la lucha antinarcóticos, William Brownfield, señalaba que Venezuela se acerca a un narco Estado. El alto comisionado de la ONU para derechos humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, mencionaba que en Venezuela se habían cometido crímenes contra la humanidad.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguraba en su visita a Colombia que Venezuela es un “Estado fallido “que supone una “amenaza a la seguridad y la prosperidad de todo el hemisferio”. Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos vociferaba a los cuatro vientos que el gobierno Bolivariano tenía que jugar limpio en las elecciones regionales. El gobierno colombiano no ha entendido que no tiene autoridad moral para cuestionar a ningún gobierno de la región.
En medio del fragor del discurso y del proceso electoral, Nicolás Maduro informaba que su gobierno entregaba la casa 1 millón 800 mil y afirmaba categóricamente que estaba aprobando recursos para incorporar 1 millón de viviendas extras. Esta “dictadura” proyecta como meta final entregar en el 2019, 3 millones de hogares dignos. Todo esto es el resultado de la Gran Misión Vivienda Venezuela (2011), creada en vida del otro “dictador” Hugo Rafael Chávez Frías. Además, señalaba el presidente que “La juventud ha crecido, los que tenían 10 o 12 años ahora tienen de 17 a 20 años, algunos con pareja y niños y en ese sentido el gobierno bolivariano debe garantizarles su vivienda digna”. Este logro que dignifica la vida del bravo pueblo no fue registrado por los monopolios de los medios de comunicación internacionales.
La batalla continúa, el cerco mediático se mantiene, la guerra económica se intensifica y los enemigos de este proceso surgen de cualquier lado y en cualquier momento. Pero, también ha crecido la solidaridad de los pueblos del mundo…viviremos y venceremos.