Van ocho parques educativos entregados en tres años. Faltan 72 que deberán ser entregados al final del periodo de gobierno del actual gobernador (que será en un año). Por ahí me han dicho que yo parezco una tía, pero como mis tías son adorables, lo tomo como un cumplido. El gobernador no ha respondido por la sostenibilidad de esos parques, es decir: funcionamiento en el tiempo, objetivo de su construcción en cada pueblo y contenido. Sacaron en un video institucional a un muchacho que quiere ser barista y dijeron que eso se estaba haciendo en el parque educativo. Eso mismo se habría podido hacer en un colegio o en una casa de la cultura con programas dirigidos. Para ser cualquier cosa lo que más se necesita es ganas de aprender, en el caso del barista, aprender mucho de café y afinar los sentidos. Sobre los recursos para el mantenimiento de esos edificios el gobernador dijo que están asegurados porque la gobernación destinará un presupuesto para eso. Entonces por pintura y tejas no nos tenemos que preocupar. Sin embargo, por lo importante, por los programas educativos, sí me preocupo. Al menos yo, que tengo alma de tía, porque como están planteadas las cosas eso les corresponde a los pueblos y la economía de los pueblos es más bien precaria. Si hay convenios nacionales con el ministerio de educación y con el SENA es necesario que se hagan explícitos ahora. No me gusta el misterio que rodea esos parques. La información es vaga. Decir que la sostenibilidad está garantizada no es una respuesta seria. Los pueblos necesitan gente allá trabajando parejo con sus habitantes en la solución de sus problemas, es claro que debe hacerse desde el proceso educativo, pero para eso no se necesitaba un edificio de 3000 millones de pesos. Lo que se necesitaba era gente y poner a funcionar al tope las escuelas y colegios por fuera de la jornada escolar. Que construyan esos edificios tan pomposos mientras muchas escuelas hacen colecta para ser pintadas me parece una extravagancia. La gobernación también ha hecho mantenimiento en escuelas; yo hablo por lo que he visto en mi pueblo, por lo que me llega por fotos en redes sociales y por la prensa. También soy testigo de todos los esfuerzos de la administración municipal y de la ilusión por ese parque educativo. Ojalá sean conscientes de la ilusión y del esfuerzo de la gente; ojalá que la ambición de pasar a la historia como “los gobernantes de la educación” no los ciegue. Tenemos pobreza y miseria y violencia; esas cosas no se solucionan con ladrillos, sino con la buena voluntad de mucha gente. Llevo años preguntando por la sostenibilidad en cartas privadas y públicas y no he obtenido respuesta. No he querido acudir a un derecho de petición porque, aunque no lo parezca, en medio de todo hay confianza. Al menos una pequeña chispa. Yo también tengo ilusión, quiero que las cosas cambien, pero la ausencia de respuesta lo que produce en mí es el aumento de mi frustración de ciudadana comprometida que le mete ganas y alma a todo. Lo mío no es personal, simplemente hago uso de mi derecho ciudadano a preguntar y a reclamar una respuesta concreta de parte de los servidores públicos. Ejerzo mi derecho a cuestionar y a disentir porque yo hago parte de ese público al que dicen servir.
Quiero terminar con un cuestionamiento muy serio:
¿Cuántos colegios más tenemos que construir para maleducar?
Imagen: Gobernación de Antioquia, "la más educada".