Dos días antes de que se cumpliera la primera vuelta presidencial de este año, el 25 de mayo, The New York Times publicó un artículo basado en la desclasificación de nueve cables del Dpto. de Estado de EE.UU relacionados con Álvaro Uribe, que presuntamente lo vinculan con el Cartel de Medellín e incluso con una cercanía muy próxima a Pablo Escobar.
Como esos días las tendencias de todas las encuestas favorecían a su elegido, varios periodistas supusieron —algunos molestos— que el periódico intentaba inmiscuirse en nuestras elecciones. A otros nos pareció raro. Era claro que ningún candidato ganaría en primera vuelta, pero el de él era fijo finalista. La duda estaba entre Petro, segundo, y Fajardo que ascendía veloz para desbancar a Petro. Sabemos qué ocurrió.
El primero de los cables en mención data del 28 de julio de 1988. Los otros son de años posteriores. En todos se vislumbra una espiral: sospechas que llevan a evidencias que abren otras sospechas que llevan a otras evidencias, etc. En marzo de 1991 hay uno casi inverosímil: la Defense Inteligentia Agency (DIA) da una lista de 104 “personalidades nuestras” relacionadas con el narcotráfico, principalmente con el Cartel de Medellín. Él aparece como “asociado 82”. ¿Por qué el gobierno gringo no actuó entonces? ¿Por qué no lo hacen ahora? Parece que entonces ese gobierno se conformó con hacer conocer, “a quien le interese”, que ellos estaban al tanto, con funcionarios que hacían preguntas incómodas al o los señalados, para alimentar más informes. Él empezaba a descollar como un líder de extrema derecha y eso podrían aprovecharlo quizás. Recordemos: el gobierno gringo no tiene amigos sino solo negocios y por eso mantuvieron a Noriega hasta que se les convirtió en estorbo. Eso lo sabemos, lo saben y lo sabe.
—Si eso es así, ¿por qué no actúan ahora?
—Perdón. Sí están actuando, pero recordemos, para ellos los negocios son lo primero:
—Al desclasificar esos documentos, están mandando un mensaje al mundo, a Latinoamérica, a Colombia y al o los interesados.
—¿Cuál?
—El mismo de cuando se llevaron o “neutralizaron” a Santoyo, a Noriega y a tantos otros.
—¿Qué dice el mensaje?
—Cada cual lo lee con su propio abecedario.
—Hay unas claves para intentar desentrañar ese Alfabeto de Sombras: han repetido que no quieren que “el maldito Acuerdo [de Paz] se vuelva añicos”.
—¿Por qué?
—Por lo que vengo aclarando desde arriba: “Negocios son negocios”. La paz para ellos representa miles de millones de dólares.
—¿No más?
—Sí. Hay más. No quieren que Uribe busque la re-reelección por medio de su muchacho presidente, el que le glorificó como “Presidente Eterno”.
—¿Por qué lo afirma?
—Aquí no se afirma nada. Solo se opina.
—¿¡…!?
—Sí. Lo imagino porque así actuaron cuando el 26 de febrero de 2010 la Corte Constitucional declaró inconstitucional el referendo para un tercer mandato de Él y Él dócilmente lo acató, a pesar del “Estado de Opinión” que intentaron provocar sus subalternos. Los EU no lo querían ni lo quieren más en la presidencia. Lo toleran donde está.
—¿Hay más?
—Sí. Una “insinuación”.
—¿De ellos?
—¿De quién más?
—¿Cuál?
—Que el muchacho se desmarque de su “Presidente Eterno”.
—Y el “tus deseos son órdenes”, ¿a quién le cumpliría?
—…
—¿La corrupción de nuestra justicia les interesa?
—…