Por estos días, si usted se para sobre la carrera 7 a la altura de la calle 109, alcanzará a ver un pedazo del Cerro Oriental talado y una retroexcavadora naranja.
Cuando uno sube hasta esa parte urbanizada de la montaña en el barrio Santa Ana, en la barda perimetral del conjunto residencial El Alto, en la calle 109B # 4-48 este, se topa con un aviso de la curadora urbana no. 4, arquitecta Adriana López Moncayo, que informa que mediante radicación 18-4-1003 del 22 de mayo de 2018 el Grupo ASD solicitó licencia de construcción en las modalidades de demolición total y obra nueva para una vivienda unifamiliar de dos pisos.
No obstante, vecinos del sector se quejan de que esa construcción le quitó una buena tajada al cerro, incluidos los árboles nativos que había. “El aviso de la curaduría dice demolición y construcción de obra nueva, pero esa montaña no estaba así de pelada. Ahí es claro que le quitaron un buen pedazo adicional”, denuncia un vecino del sector que prefirió la reserva de su nombre.
¿Qué seguimiento da la curaduría a que las condiciones autorizadas en la licencia de la obra se cumplan? ¿Cuántos árboles nativos se talaron en ese pedazo de montaña para la nueva construcción?
El gran problema de fondo, coinciden expertos, es que muchos inversionistas y constructores, por simple afán de lucro y a falta de autorregulación, no han querido ni podido entender el gran valor paisajístico y ambiental de los Cerros Orientales como patrimonio común de la ciudad, y pasan completamente por alto la función ecológica de toda propiedad privada que consagra el artículo 58 de la Constitución.
Los vacíos jurídicos, la negligencia y falta de compromiso de las autoridades competentes para preservar las riquezas naturales de la ciudad y la nación, y la relativa apatía de la ciudadanía ante este tipo de construcciones depredadoras de montaña también contribuyen a que el patrimonio paisajístico y ambiental de los Cerros Orientales se siga deteriorando.
Una grata excepción, en la que la activa veeduría ciudadana ayudó a frenar un polémico proyecto inmobiliario enclavado en plena montaña, es el caso Cerro Verde, al que recientemente se le declaró desistimiento de la solicitud de licencia de construcción.
Ojalá que ese precedente de activa veeduría ciudadana, con la participación y el involucramiento de autoridades competentes, mire con lupa este nuevo caso de depredación de los Cerros Orientales, y todos aquellos que deterioren este bello patrimonio paisajístico y ambiental de la ciudad.