El pasado sábado 11 de octubre me encontraba en el municipio de Bochalema en una reunión con compañeros de trabajo cuando recibí una llamada telefónica a las 4 y media de la tarde. Se me informaba que a mi apartamento habían entrado unas personas y que habían tumbado la puerta. De modo que cogí un bus y me fui de inmediato. Cuando llego a mi apartamento veo que, efectivamente, habían tumbado la puerta. Creí que era un robo. Pero no se llevaron nada. Mi computador estaba allí y no faltaba nada. Solo se llevaron una memoria. Pero hicieron destrozos: tumbaron al piso todos mis libros, destruyeron mi biblioteca. Llamé al comandante de la policía y al poco tiempo llegó una patrulla y miembros del CTI. Hicieron la inspección de rigor, tomaron huellas digitales y fotografiaron el apto.
No sé quién pudo hacer esto. Desde entonces no he podido estar tranquilo, tampoco he podido dormir. Hago pública esta denuncia. Y mi indignación.
Denuncia pública
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