EL pasado 16 de julio del año 2014, se contactó conmigo en horas de la noche, una representante del Banco de Bogotá, quien trabaja para el departamento de cobranzas y crédito. Su nombre era Paola, nuestra conversación duró exactamente 8:07 minutos, me preguntó el por qué de mi retraso al pagar mi obligación como cliente. Le comenté que me encontraba en mora por dos asuntos específicos.
El primero correspondía a que el mes inmediatamente anterior había cancelado el pago normal de mi Tarjeta de Crédito Joven Master Card con una anomalía, no miré bien el monto y terminé cancelando casi $2.000 pesos menos y por eso se me reportó el atraso. El responsable de haber entendido fui yo, y decidí asumir mi error pagando el próximo mes con los intereses que se generaran. La segunda razón de mi no pago se debe a que hicimos un cambio para mejorar nuestras finanzas y decidí invertir mi dinero para normalizar mi vida financiera, esto también se lo comenté a la señora Paola del Banco de Bogotá.
Ella me explicó que debería normalizar pronto mi tarjeta y me hizo una propuesta para normalizar todo, si yo me comprometía a no faltar más a mis compromisos, yo acepté y le dije que no me retrasaría más;
Me dijo, usted podría pagar $30.000 mañana 17 de julio de 2014 y yo le ofrezco; condonarle 30 días de mora y usted cancelaría los días restantes (9) en su próxima factura, que además, no llegaría con la condición de pago inmediato. Yo acepté inmediatamente y le di las gracias por ello, además le expliqué que ella era la primera persona con la cual me había podido entender hablando y negociando, que me sentía bien representado.
La señorita no volvió a hablar y me dejó unos segundos en línea sin responder, después colgó y no nos comunicamos más.
Hoy en la mañana me comuniqué de nuevo con la servilínea del Banco de Bogotá y pedí que me comunicaran con una Representante de Cobros y Crédito. Me atendió una señorita a quien le conté toda la historia, ella me respondió después de escucharme que me dieron información errada y que lo que me ofrecía ella era pagar, seguir en mora y pagar de inmediato la otra factura.
Le expliqué que no sería posible y que por favor me cumplieran con lo que me prometieron. Ella –La Asesora- me dijo que no podía hacer nada y que si en el sistema de ella no había un registro no era válida mi reclamación. A lo cual respondí – que me sentía como un mentiroso, como si me inventara las cosas y que le recordé insistentemente que no estaban haciendo bien las cosas y que nos estaban tratando como mulas, que hacía con nuestros derechos como clientes lo que ellos quisieran. Me recordó que no podía hacer nada y que debía hacer lo que ella quería.
Aclaro que nunca utilicé una mala palabra en contra de las personas, empleé un tono reflexivo y de denuncia, invitando a que no se burlaran de nosotros y que hicieran bien su trabajo.
La asesora no resolvió nada más y me refirió a quejas y reclamos, en donde fui igualmente mal atendido, con el agravante que pareciera que la asesora se burlaba de las palabras que le expresaba quien escribe.
Le dicté una carta y la queja y solicité que me enviaran los audios de las tres conversaciones y que por favor me cumplieran lo que me prometieron, ya que yo confíe mis datos personales, mi intimidad y conté mi estado financiero, que es personal a una entidad que se identificó como Banco de Bogotá por medio de una Asesora.
El registro de la última llamada y mi queja es #5775427.
Estoy solicitando:
1. Que compartan los audios o la conversación escrita (con constancia de audios reales) de las tres grabaciones que tuve para validar mi queja e historia, es con el único insumo que cuento para mi defensa.
2. Que cumplan el compromiso que me ofrecieron por medio de la llamada del 16 de julio de 2014 en la noche.
3. Que sean sancionadas las personas correspondientes por emitir información errada y faltar al respeto al cliente.
4. Que el Banco de Bogotá me envíe una carta abierta excusándose por faltar al compromiso y agredirme.
Muchas gracias por su atención.