"Un delito más de Álvaro Uribe: el intento de memoricidio de Gaitan": Gloria Gaitán

"Un delito más de Álvaro Uribe: el intento de memoricidio de Gaitan": Gloria Gaitán

La hija del líder asesinado cuenta la historia detrás del enfrentamiento de ayer en el Congreso con el senador Uribe, quien según ella, siempre la ha perseguido

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abril 10, 2017

La Unidad de Víctimas me incorporó al Registro Único de Victimas mediante Resolución # 2012-40215 del 16 de Noviembre de 2012, razón por la cual pude tomar la palabra en el Congreso, ya que el 9 de abril fue declarado “día de las víctimas”, ordenando que se realice cada año, en esa fecha, una sesión plenaria para que los congresistas escuchen a las víctimas, lo que nunca hacen.

Si bien es cierto que se reúnen cada año porque lo ordena la Ley, la mayoría charla, salen a tomar café o juegan solitario en sus computadores, sin prestarle atención alguna a los planteamientos de las víctimas. Lo que ellas digan no les interesa. En una Democracia Representativa, como la que impera en Colombia, el pueblo que es el Constituyente primario, al votar por uno u otro candidato, lo que hace es firmar un cheque en blanco para que los elegidos actúen a su acomodo y según sus intereses personales. Jamás escuchan al pueblo, ni se hacen eco de sus intereses, con excepción de uno u otro  que se cuenta con los dedos de las manos.

Hago parte de las víctimas porque  en 2002 fui amenazada por los paramilitares en un panfleto donde apoyaban la sentencia de Luis Carlos Restrepo – hoy prófugo de la justicia -   que en una publicación titulada “La Sangre de Gaitán”, decía que había que liquidarme porque yo impedía sepultar la memoria de mi padre, Jorge Eliécer Gaitán, invitando a todos los colombianos a convertirnos en “sepultureros de la memoria de Gaitán”.  Para denunciar estos hechos tomé la palabra en el Congreso en mi condición de víctima.

Dice Restrepo en su publicación: “No podemos permitir que su memoria siga actuando a la manera de mensajera de fantasmas y clarín de retaliaciones… se hace imprescindible aclimatar la profesión de enterradores. Astutos maestros del olvido que nos ayuden a recuperar la fuerza y la inocencia en aquellos momentos en que el culto a los muertos – y a los poderes que los representan – torna irrespirable el ambiente para los vivos… Momento de declararnos insolidarios con la historia, de asumirnos como apátridas si la patria sigue reduciendo a la estupidez colectiva de aplastar la vida para que la sangre de mártires y caudillos continúe viva”.

Los paramilitares lanzaron un panfleto aplaudiendo a Restrepo donde decían: “Es cierto, Gaitán quedó mal enterrado. Vamos a enterrarlo, vamos a aceptar la profesión de enterradores para que Colombia lo olvide de una vez por todas… Por es urgente acabar con ese obstáculo terco y obstinado que es su hija exigiéndole que renuncie a la dirección del Museo Gaitán, esa casa que también debe desaparecer y que estamos obligados a hacer desaparecer si sigue siendo lugar de peregrinaje. Si Gloria Gaitán no renuncia antes del 26 de julio próximo (2002)… nosotros nos comprometeríamos a dinamitar el Museo y la tumba de  su padre y a ella y su familia los haremos que se reúnan con Gaitán para que por fin los enterremos bien y profundo…”.

Cinco días hábiles después de posesionarse, Uribe me destituye de la dirección del Instituto Colombiano de la Participación “Jorge Eliécer Gaitán” (COLPARTICIPAR), instituto descentralizado del orden nacional, como Colcultura, Coldeportes, Colciencias, etc. Es decir, que el Presidente es el nominador. Y, para justificarlo, por conducto de la Ministra de Educación me interpone 44 demandas penales, fiscales y administrativas.

Diez (10) años de mi vida se perdieron dedicándolos a defenderme y comprobar, como lo logré, que se trataba de falsas imputaciones. Uribe sabía que eran denuncias atrevidas, pero también sabía que mi defensa me consumiría los años más productivos de mi vida.

Luego pasó a liquidar el Instituto, como muchos otros, entre los que se cuenta el Instituto Galán para la democracia. Pero en lugar de arremeter con demandas, como hizo en el caso del Instituto Gaitán, expidió un segundo decreto para constituir un nuevo Instituto de carácter mixto, donde la familia Galán tenía participación a través de la cuñada de Luis Carlos Galán. Y a ellos, hasta ahora, les han girado más de ciento cincuenta y cinco mil millones de pesos ($ 155’000.000.000).

La ley 1448 de 2011, llamada Ley de Víctimas tiene un capítulo sobre Medidas de Reparación que señala que, con la participación de las víctimas, se debe honrar la memoria de los sacrificados por la violencia y el conflicto en Colombia.

Como la ley habla de que en estas medidas de reparación deben participar los deudos, a quienes se señala como víctimas, opté por elaborar un proyecto de Ley para que la memoria de mi padre fuera tratada en igual forma que como tratan la memoria de Luis Carlos Galán y titulé así mi proyecto:

“Proyecto de Ley de Honores a Jorge Eliécer Gaitán y a su pueblo, en cumplimiento de los instrumentos de reparación simbólica y demás medidas ordenadas en la Ley de Víctimas (Ley 1448 de 2011).

El senador Roy Barreras se ofreció a radicar mi proyecto y así lo anunció el 9 de abril del año pasado. ¡Cuál  no sería mi sorpresa al ver que había distorsionado completamente mi proyecto! En  lugar de que fuera una organización mixta donde participaran los gaitanistas organizados en la Asociación de amigos de Jorge Eliécer Gaitán, le dejaba unas tareas sin proyección ni sentido a los Ministerio de Cultura y Educación que han sido los adalides en apoyar la idea del  memoricidio a Gaitán.

Le notifiqué al senador Barreras  que si no retiraba el proyecto lo demandaría por violación a las leyes de derechos de autor, ya que con lo que había hecho estaba violando mi  “derecho moral”, al distorsionar un proyecto mío.

Roy Barreras retiró el proyecto,  pero la representante Clara Rojas, que goza de la fama de ser oportunista y desleal, redactó un proyecto similar al de Barreras y lo presentó, negándose a cumplir lo ordenado por la Ley de que las víctimas sean sujetos participantes de todo proyecto para honrar la memoria de nuestros deudos asesinados.

Para esta maniobra subrepticia, que se disfraza de homenaje a Gaitán pero que en realidad es un gesto  más de “gaitaneo”, para pescar votos de mala fe, se prestó Juan Manuel Galán  que, como lo sabe el país, monopoliza los homenajes públicos para que los capitalice su familia y su padre y recogieron la firma de otros 30 parlamentarios liberales incautos para disfrazar su maniobra oportunista.

Es cierto que he  apelado al Presidente Santos para que corrija el proceso de MEMORICIDIO que han emprendido contra mi padre, pero lo único que he  encontrado es una  alambrada de hostilidades y ofensas. Es por ello que en mi intervención dije que, personalmente, no he podido ver diferencia entre Uribe y Santos en  cuanto al respeto a la memoria de mi padre se trata. Frente a mi padre solo puedo decir  que son “los mismos con las mismas”.

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