El grave problema de violencia y delincuencia escala cada vez más en Barranquilla y tiene con los pelos de punta a sus habitantes. Sólo basta con analizar los datos de los primeros seis meses del actual gobierno de Alejandro Char para evidenciar el crecimiento de los actos delictivos en la ciudad.
Una mirada a los tres delitos que más impactan en la ciudadanía: el homicidio, el hurto y la extorsión, muestra que en el primer semestre de 2024 estos llegaron a cifras récord nunca antes vistas en la ciudad.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, el homicidio disminuyó un 5% a nivel nacional en el primer semestre de 2024 con respecto al mismo período de 2023, presentando reducciones en las principales ciudades del país (Bogotá: -4,7%, Medellín: -23,7%, Cali: -16,3% y Cartagena: -3,7%).
Sin embargo, en Barranquilla no han hecho más que aumentar los asesinatos. Según datos de la Policía Nacional, de enero a junio de este año se presentaron en la ciudad 214 homicidios, cifra que de lejos es mayor a cualquier otro primer semestre desde 2010 y que con respecto al mismo período de 2023 tuvo un incremento del 16,3%.
Solo el pasado fin de semana se presentaron 12 muertes violentas y 2 comerciantes fueron asesinados por no pagar extorsión.
Y si comparamos esta cifra de homicidios con la cantidad de hechos de los primeros seis meses de los anteriores gobiernos, nos deprimimos.
Con respecto a los robos, el Ministerio de Defensa reportó una disminución a nivel nacional del hurto a personas del -18,3% en 2024 con respecto al año anterior. Pero en Barranquilla la cosa es diferente.
Según la última encuesta de percepción de Barranquilla Cómo Vamos, el 32% de los barranquilleros se siente inseguro en su propio barrio y el 68% afirma que el mayor problema respecto de la seguridad son los atracos callejeros.
Y cómo no se van a sentir así los residentes de la ciudad si, según datos de la Policía Nacional, en el primer semestre también tuvimos una cifra récord en los hurtos a personas. Se presentaron 7.171 y, otra vez, fue la mayor cantidad de este tipo de delito desde 2010. Y su crecimiento comparado con 2023 fue del 8,5%
Y si calculamos el aumento con respecto a los datos de los primeros seis meses de las anteriores administraciones, lloramos.
Por último, tenemos el caso devastador para la economía local que es la extorsión. Teniendo en cuenta las denuncias (si, las denuncias porque este delito tiene uno de los mayores subregistros debido al miedo a denunciar de las víctimas) recibidas por la Policía Nacional, tenemos que se presentaron 376 casos entre enero y junio, con un incremento del 24,5% con respecto al primer semestre de 2023. Y adivinen… es la cifra más alta de estre delito desde 2010 en la ciudad.
Y si lo confrontamos con los datos de los primeros seis meses de los anteriores gobiernos, apague y vámonos, como le ha tocado hacer a muchos comerciantes víctimas de este flagelo.
Cierto es que, en este caso y según las estadísticas del Ministerio de Defensa, a nivel nacional el delito de extorsión entre enero y junio de este año aumentó 28% frente al mismo semestre del 2023. (Ya imagino a los de comunicaciones de la alcaldía sacando comunicado diciendo que en la ciudad el delito aumenta menos que a nivel nacional. Lo cual es como celebrar un cuarto puesto, pero a eso nos tienen acostumbrados).
¿Y que ha hecho la Alcaldía de Barranquilla en estos primeros seis meses?, pues aplicar la misma estrategia que, desde 2008 se repite cada año de cada gobierno y que no ha surtido efecto alguno: Más infraestructura, vehículos y comunicaciones para la Policía Metropolitana, además de convencer al Ministerio de Defensa para sacar a pasear a algunos soldados por las calles de la ciudad durante 15 días en los pocos momentos en que los barranquilleros empiezan desesperar tanto con la delincuencia que amenazan con salir a protestar en las calles.
Al tiempo, la administración se ceba con las comunidades pobres y marginadas de la ciudad echándoles el ESMAD (hoy llamado eufemísticamente Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden – UNDMO). Sólo esta semana hubo niños gaseados y casas destruidas en Altos de Pinar del Río, palos a los vendedores estacionarios del Gran Bazar (que protestaban porque la obra quedó mal hecha) y 50 uniformados para llevarse un vehículo que supuestamente “hacía” InDriver en el barrio Alfonso López.
Es por ello que no genera mucha ilusión que la misma estrategia con nuevas inversiones realizadas por el Ministerio de Defensa, la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla puedan mejorar la situación. Es gastar más dinero en la misma fórmula que no ha funcionado hasta ahora.
Esperemos eso sí, que los nuevos cuerpos especializados (Gaula Élite Metropolitano y el Élite Contra el Crimen) que han llegado hace poco y la supuesta purga de unos 100 miembros en la Policía Metropolitana ayuden a mejorar en algo el desafío que como sociedad estamos enfrentando en cuanto a seguridad ciudadana y que nos mantiene en un estado de permanente zozobra.
Y por supuesto, que se noten los $78.000 millones que la Gobernación le entregó a la alcaldía iniciando la administración precisamente, y como dijo Char en la firma del convenio, para trabajar “incansablemente para devolver la tranquilidad y mejorar la calidad de vida de los barranquilleros”.
Ya está bueno de repetir una y otra vez el mismo método que no ha contribuido en la solución al problema, los barranquilleros estamos cansados de esta situación y debemos exigir resultados concretos y menos propaganda de parte de las autoridades.