Luego de las votaciones del 2 de octubre de 2016, en donde se esfumó la ilusión de refrendar los acuerdos de paz a través del plebiscito, en la noche de ese domingo oscuro y triste, diferentes campañas del plebiscito, así como personas indignadas por el resultado que aconteció, decidieron realizar una convocatoria para el siguiente día, el lunes 3 de octubre, con el fin de llamar la atención a la ciudadanía sobre lo que había ocurrido, y que esos resultados del plebiscito no se podían tomar como una elección más y ya.
En la tarde/noche del lunes 3 de octubre del 2016, fueron llegando al Park Way en Bogotá cientos de personas que no podían creer lo que había ocurrido, pero que además, no sólo se querían quedar en el rechazo a ese resultado y en la reflexión. Eran personas que querían actuar para defender los acuerdos de paz con las FARC.
El espacio de participación se denominó asamblea deliberativa ciudadana, en donde se definió como metodología no aplaudir, y por el contrario alzar y mover las manos, para manifestar una postura frente a las decisiones e ideas de la asamblea. Luego de varias horas de deliberaciones, intervenciones, ideas de los asistentes y debates, al finalizar la jornada las personas decidieron darle el nombre de Paz A La Calle, un movimiento ciudadano y plataforma de movilización social, que fuese independiente de los partidos políticos.
Entre las personas que conformaron el movimiento estuvieron: estudiantes universitarios, profesores, académicos, trabajadores, activistas, líderes sociales, familias, jóvenes de colegios y diversos sectores de la población.
En la primer asamblea deliberativa ciudadana que duró más de 3 horas, se definió que se trabajaría en 5 comisiones, con el fin de expandir al movimiento, participar de diferentes acciones en defensa de los acuerdos de paz, como también sumar apoyos de las organizaciones sociales, de las comunidades, y proponer una agenda en defensa de los acuerdos de paz.
Las 5 comisiones que se crearon fueron: comunicaciones, diálogo con iglesias, iniciativas jurídicas, organización y paz territorial.
Al siguiente día de la consolidación de este movimiento se unieron más ciudadanos en ciudades como: Barranquilla, Cali, Manizales, Medellín y Santa Marta. También en países como: España, México, Francia, Estados Unidos y Alemania.
Para la segunda asamblea deliberativa y ciudadana el sitio de encuentro fue el Almirante Padilla, el cual quedó como la sede de reuniones del movimiento. En esa segunda asamblea se conformaron las comisiones de: arte y pedagogía, y la comisión de género. Posterior a la segunda asamblea, el movimiento ya contaba con 7 comisiones, las cuales eran las encargadas de dar la línea, para que los ciudadanos desarrollaran sus aportes al movimiento e iniciativas en defensa de la paz.
El decálogo que definió Paz A La Calle fue:
- Legitimamos la mesa de la Habana. Defendemos la esencia de los acuerdos.
- Exigimos #AcuerdoYa.
- La verdad no se negocia.
- Ni un peso más para la guerra.
- No al pacto entre élites.
- Acogemos a los excombatientes en su tránsito a la vida civil.
- Acompañamos a las víctimas como el centro del Acuerdo de Paz.
- Apoyamos a la mesa del ELN.
- Exigimos la permanencia del acuerdo de género y diversidad sexual ya pactado.
- Ni una vida más para la guerra.
La plataforma de movilización ciudadana ha respondido al llamado de organizaciones y movimientos, que han desarrollado iniciativas de paz, en defensa de los acuerdos de paz con las FARC, así como en apoyo al proceso de paz con el ELN.
Se han apoyado movilizaciones y acciones de paz con las comunidades, en diferentes localidades y ciudades, y con diferentes situaciones sociales y políticas, como por ejemplo: la defensa del medio ambiente, el apoyo a los sindicatos y centrales obreras, la reivindicación de los derechos laborales de diversos sectores de la población, el apoyo a los paros agrarios, campesinos y étnicos, el respaldo a los líderes sociales que han sido estigmatizados y amenazados, y el apoyo a la revocatoria de Peñalosa, entre otros.
El movimiento ha desarrollado movilizaciones y acciones de paz, para mantener activa a la sociedad civil en defensa de la paz completa y la paz con justicia social. Paz A La Calle se ha fusionado un poco, entre movimiento de paz y plataforma de movilización social, a medio de comunicación alternativo, en donde han hecho acompañamiento y cubrimiento de diferentes marchas, movilizaciones, plantones, foros, eventos, y actividades en respaldo del proceso de paz con las FARC, como también del ELN, pues el movimiento le apuesta a la paz completa.
Adicionalmente, ha realizado diversas campañas digitales y comunicativas, con el fin de visibilizar las diferentes situaciones de agenda nacional, que han acontecido a lo largo de este año, desde su surgimiento como movimiento.
Algunos ejemplos de las campañas son: la visibilización del asesinato de líderes sociales, la estigmatización y criminalización de la protesta social, la ambientación y apoyo al proceso de paz con las FARC, el seguimiento legislativo de los acuerdos de paz, la denuncia de los incumplimientos del gobierno al proceso de paz, como también el apoyo incondicional al proceso de paz en Quito con el ELN, presionando a que las partes se sentaran a negociar, como también que pactaran el cese al fuego bilateral.
Las campañas comunicativas y digitales han estado acompañadas de entrevistas a los actores del conflicto, como a los actores de los problemas sociales, a través de videos, foros y paneles, así como twitteratones, que han tenido bastante acogida, y en varias oportunidades, las campañas digitales y comunicativas se han vuelto virales.
Paz A La Calle ha entendido que la paz no se limita a los acuerdos de paz con las FARC, o a la negociación con el ELN, la paz va mucho más allá de eso, se debe construir paz con justicia social desde los territorios, con las comunidades y los diferentes sectores de la población colombiana. El mínimo vital para los diferentes sectores sociales y poblacionales es una de las luchas, reivindicaciones y tareas más complejas que el movimiento decidió asumir, porque para que haya paz se necesita la justicia social y el mínimo vital.