A la ceremonia de grados de la Universidad Central asistió Manuel Santiago Vásquez Patarroyo con una camiseta alusiva a los presuntos 6402 casos de falsos positivos. La transmisión la estaban viendo familias, amigos y conocidos de los graduandos. Esta fue su manera de expresar inconformidad por este suceso que de alguna manera nos marca a todos y de dar voz a aquellos que no son capaces de hacerlo.
Ahora bien, como periodistas las redes sociales son nuestras mayores aliadas y estamos en capacidad de ahondar en este campo tecnológico expresándonos y dando nuestros puntos de vista. No necesariamente debemos estar en un canal, una cadena o un periódico. Tenemos voz, pensamiento y libertad de expresarnos, como lo estipula el artículo 20 de la constitución.
Los canales muchas veces ocultan o maquillan lo que realmente sucede en nuestro país, y no podemos llegar a una casa y hablar mal de esa casa, por lo tanto entra a discusión la libertad de prensa, de querer hacer una noticia y que no te la publiquen porque estás hablando mal de la élite que hoy en día maneja nuestro país.
Muchas veces quedan en el limbo y en el olvido algunos sucesos importantes. Es por esto, y por cosas como que entre diciembre de 1977 y agosto de 2015 han sido asesinado a 153 periodistas en Colombia, que me cuestiono el artículo 73, que habla de que la actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional. Así pues, la libertad de expresión parece volverse un arma de doble filo.
Sea como sea, si me van a matar por expresar lo que digo, dar una información veraz e imparcial, y sacar las verdades de las mafias que hoy en día maneja nuestro país, estoy dispuesto a hacerlo, claramente con el mayor respeto, ética y profesionalismo, y así mismo entender y comprender cómo quiero entregar mis ideales, los que pienso y lo que soy.