Después de leer las críticas a la unidimiensionalidad imbricada en el homo faber, es decir, que piensa toda la civilización en términos del trabajo, según Marcuse, del hombre que fabrica con las manos, en el campo de la educación me he inclinado por sugerir que para efectos de una pedagogía más centrada en los sujetos se debe pensar en la importancia del homo ludens, el hombre que juega; pero la obra de Byung Chul Han me hizo pensar sobre las dificultades y los problemas de esta dimensión, que también puede resultar limitante.
En la obra No-cosas, publicada este año, Byung Chul Han destaca que vivimos en una era en la que el orden digital pone fin a la era de la verdad, algo que otros ya han estudiado como posverdad cuando prima la emocionalidad sobre la racionalidad en la comunicación.
Algo que encuentro muy interesante en el libro es la crítica al homo ludens, entendiendo que más que fabricar con las manos (como el homo faber), usamos los dedos para elegir funciones, comandos de máquinas o aparatos, como jugando, en lugar de actuar; el juego no interviene en la realidad ni la transforma, limitando la libertad de acción a una libertad de elección y consumo.
Según este autor, vivimos en un mundo con mayor control, con la desnaturalización del mundo físico al tornarse infómano, intangible y espectral; las cosas se convierten infómatas: cosas que procesan información. Curiosamente, este mismo año se vendió un yate virtual en el metaverso Sandbox por 650.000 dólares, siendo un buen ejemplo de lo que plantea Byung Chul Han en el sentido que esta “desmaterialización”. Esta tendencia a las no cosas no implica el abandono del capitalismo sino su acentuación, en una manera de capitalismo informacional.
En el campo de la política el homo ludens podría interpretarse como una manera de control social, basada en el clásico pan y circo, las personas se convierten en phono sapiens pensando únicamente en el juego y el disfrute.
De esta manera, si bien la metáfora del homo ludens puede funcionar muy bien en el mundo de la educación para reflexionar sobre la importancia de formar personas integrales con estrategias pedagógicas o didácticas, se requiere una mirada profunda de la multidimensionalidad humana para aunar esfuerzos en la formación de pensamientos críticos y el desarrollo de autonomía.