Esta semana, luego de una grata y larga charla con un amigo, he decidido releer a Kundera y empecé por volver a las páginas de La insoportable levedad del ser. En las primeras hojas del libro ya se plantea la dicotomía entre la levedad de las cosas efímeras y fugaces y el peso de aquellas otras que a fuerza de repetirse ya no pueden pasar desapercibidas.
A la luz de esta idea, y luego de pasar por otro día de la Independencia y el comienzo de otro año de legislatura, la primera de las mesas de discusión sobre #LeyLleras4 con el Ministerio de Comercio y la Dirección Nacional de Derecho de Autor (DNDA) y la preparación de la Conferencia Internacional Derechos Humanos en la Era Digital, no puedo evitar pensar en los últimos años de mi vida y en las cosas que se han vuelto efímeras y fugaces y esas otras que por fuerza de la repetición se han vuelto una pesada carga. Empecemos por las últimas.
Van cuatro proyectos de ley fracasados que han tratado de modificar la ley de derecho de autor, las conocidísimas #LeyLleras. Aunque el fondo no sea necesariamente el mismo, se ha repetido el mismo patrón: el gobierno presenta un texto sin conciliar; la poca discusión —si la hay— es un diálogo de sordos; se buscan aprobaciones de afán —la única que ha pasado como ley usó la aplanadora de la Unidad Nacional en pupitrazo—; se intenta ignorar la oposición ciudadana en redes sociales; y, todavía peor, se omiten comentarios y propuestas que amplían el equilibro y limitan la visión proteccionista. El resultado ha sido el hundimiento de los proyectos por costo político. Queda un rastro de propuestas descartadas y una posición débil del gobierno que parece perder el apoyo del legislativo a pesar de la necesidad de presentar estos proyectos como parte de la implementación del Tratado de Libre Comercio.
No sé para quien será más pesada la carga, si para el gobierno que ve fracaso tras fracaso o para los ciudadanos que nos sentimos ignorados vez tras vez.
Siguiendo con las repeticiones, estamos ante la segunda oportunidad que el gobierno decide abrir un proceso para escuchar propuestas y comentarios. La primera vez se realizaron charlas on-line en una plataforma provista por el Ministerio de Interior, apoyados por las Unidades de Trabajo Legislativo de los senadores ponentes del proyecto de Ley y la DNDA. Semanalmente se tenían chats con los interesados en discutir temas relacionados con la primera #LeyLleras. Era 2011, y nosotros desde RedPaTodos*, hasta ahora estábamos empezando a consolidarnos como colectivo y a participar de estos debates. Sin embargo, ya apostábamos por una discusión seria realizada con argumentos y no sólo suposiciones.
Este año, se abrió de nuevo la posibilidad de discutir, esta vez sobre la #LeyLleras4, y el interlocutor es el Mincomercio apoyado por la DNDA. La metodología propuesta son ahora encuentros presenciales a los que se lleven comentarios. De arranque hay una diferencia sustancial con la concepción del diálogo anterior; se pasa de una discusión informal a una discusión técnica que desafortunadamente deja perdidos a quienes no conocen sobre el tema o no tienen la preparación para abordarlo y ese será el mayor reto para el gobierno: ¿conseguirá hacer el diálogo sin sonar a que impone su visión técnica solo porque no es capaz de explicarla? Todavía es muy pronto para decirlo pero, sinceramente, esperamos que estos espacios si sean un diálogo. Que el gobierno se tome el tiempo no solo para exponer su posición y tratar de convencernos de las ventajas que su modelo tiene para autores y titulares, sino que escuche sobre las falencias que vemos a la hora de sopesar y equilibrar esas ventajas con las necesidades de garantizar acceso para todos los demás.
Vámonos ahora por lo efímero y fugaz.
En esta categoría quisiera empezar por las estadísticas que apoyan la idea de que la piratería y las descargas ilegales en línea acaban con el mercado legal. Es pasajero, por que lo que realmente está de fondo es una revolución en la forma como creamos, producimos y distribuimos la cultura. Como toda revolución sucederá una vez, la situación cambiará y no volveremos a pasar por ella. La industria tendrá que adaptarse, las leyes tendrán que adaptarse, la sociedad seguirá su camino y no volveremos a pasar por este cambio. La visión de la protección excesiva, que cada vez más se ve errada, seguirá disminuyendo. Ganancias enormes como el reciente tratado de la OMPI sobre la necesidad de garantizar acceso a las obras protegidas por parte de millones de invidentes lo demuestra. Estamos en una transición.
Siguiendo en lo efímero, otro cambio sustancial al que nos enfrentamos, es abandonar la idea de que esta discusión sobre el derecho de autor, es la pelea de unos necios que esperan que todo sea gratuito y que obstinadamente los defensores del modelo proteccionista enmarcan en el plano puramente económico, como un simple caso de derecho civil. Para nosotros esta discusión se mueve al campo de los derechos humanos.
De nuevo, este cambio es otra revolución que sucederá una vez. Mostrar estos puntos desde una nueva perspectiva que prevalezca en el futuro es nuestro reto. La utopía es llegar a pensar que lo principal es garantizar el acceso, en igualdad de condiciones a la cultura, que la principal discusión será como lograr garantizar el derecho a utilizar las obras, aun las protegidas, para usos justos y fortalecer el dominio público. Que las excepciones y limitaciones al derecho de autor sean la regla y la excepción la explotación exclusiva vía el derecho de autor (algo no tan retórico si pensamos que hasta hace unas décadas el registro servía para dar la protección a quien la deseaba, es decir la protección era la excepción).
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*RedPaTodos es un colectivo de organizaciones e individuos de la sociedad civil que promueve un uso incluyente de Internet y aboga por el respeto a los derechos fundamentales y las libertades civiles de todos los colombianos en el entorno digital.
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