En época de elecciones todos opinan, opinan desconociendo los hechos, aferrándose a las notas periodísticas de las grandes cadenas, cadenas de WhatsApp, trinos de Twitter e imágenes o vídeos de Facebook y YouTube, las cuales son usadas como balsas que sirven para navegar sobre el mar de la verdad consensuada socialmente, para aquellos que desconocen los movimientos políticos de la historia. El fantasma del castrochavismo es el vivo ejemplo de ello, si algo de verdad soporta este concepto es referente a la revolución político-social que llevó a cabo Fidel Castro, secundado por Hugo Chávez en sus respectivos países.
Si el castrochavismo, a este fenómeno define, es un fantasma, porque aterra, y es fantasma ya que este tipo de revolución ya murió, murió como sus precursores Chávez y Castro, además de que en América latina la mayoría de los gobiernos de izquierda propulsores del socialismo del siglo XXI, fueron derrotados en las urnas y cambiados por gobiernos de derecha. Resulta desconectado pensar que se presentaran las condiciones precisas que en aquella época se dieron, para la ejecución del proyecto socialista latinoamericano. Pero resulta más desconectado incluso pensar que Colombia se convertirá en lo que los países que se vieron envueltos en dicho proceso son hoy en día.
Son descabellados los dos tipos de pensamiento, en el primero de los casos, las condiciones que en aquellos tiempos propiciaron aquella revolución no existen, La Unión Soviética se disolvió, y eran ellos quienes apoyaron dichos cambios, no hay apoyo si quiera del rededor, pues los gobiernos de ideas progresistas han venido siendo reemplazados por gobiernos más conservadores.
En el segundo de los casos, en Colombia no existen partidos de izquierda, una izquierda real, como lo necesita el socialismo para entrar en un país. Parece que en este país se ve en Gustavo Petro a quien de llegar al poder, con políticas de izquierda enviará a Colombia al hoyo profundo e infernal del castrochavismo. Más no se dan de cuenta, de que quede quien quede, deberá de apegarse al plan que se ha venido ejecutando desde el primer gobierno de Uribe (o antes).
En Del viejo el truco de Uribe: confunde y reinarás, se expuso cómo el gobierno Santos es solo una extensión reformada de las políticas manejadas por Uribe en sus gobiernos, y el gobierno futuro no será la excepción, mucho tiempo se le ha invertido a este plan, como para pensar que un presidente lo echara todo a perder, el presidente es inútil sin un congreso que lo respalde, y si hay un lugar donde “los mismos con las mismas” reinen, es en el congreso, de no creerme pregúntenle a Robledo.
Es necesario elegir bien a quien nos gobernará durante los próximos cuatro años, más importante aún quienes nos representarán durante los mismos cuatro años, si el gobierno sigue como ha sido, no es solo culpa de que en los dieciséis años anteriores solo hayamos tenido dos presidentes, también lo es de que en nuestro congreso se encuentren “los mismos con las mismas” que como lo vimos durante los dos gobiernos anteriores, se venden al mejor postor.
Podría ganar Petro, pero si su Congreso no lo apoya, de poco o nada serviría su visión progresista sobre el país, de hecho, al ver sus propuestas no son muy diferentes de lo dictado en el Acuerdo de Paz, de igual manera, como de llegar a presidente Vargas Lleras pero con un congreso que no lo apoye (aunque eso es poco probable (como que quede él, o un congreso que no lo apoye) no podría él como presidente, frenar el proceso del post-conflicto.
En resumidas cuantas quede el que quede deberá apegarse al plan —¿No les resultó extraño que se lanzaran la mayor cantidad de aspirantes a presidente en todo la historia del país? Cincuenta. Cincuenta personajes que se lanzaron a la precandidatura— o tener un Congreso a su favor para radicalizar el país en el espectro que quiera.
Tomábamos con unos amigos, y en el clímax de la noche, el más desinformado de información quiso hablar de política, algunos le decían que mejor no, otros lo incitaban para que aflojara la lengua, al hablar, inició el bombardeo mediático constante a salir por su boca, vomitaba sandeces grabadas en su mente por las constantes repeticiones del hombre de común, durante dos horas estuvimos desenredando el nudo histórico que había en su cabeza a base de hechos concretos, tangibles para todos.
Porque la verdad puede ser un consenso en algunas situaciones, sin embargo en otras, hay hombres más capacitados que otros para decir esa verdad, y lo son a partir de su conocimiento sobre la ciencia misma que de verdad saber se quiera. Algo así decía Descartes.
Para el acto votar se necesita solo la cédula y su inscripción con anterioridad, para votar jodiéndolo todo, venda el voto si quiere, pero al momento de votar como tal, en el momento de realizar su voto de real no tenga en cuenta quién quiere que lo gobierne, sino cómo quiere que lo gobiernen, si suave o duro. La obra ya está escrita pero el actor le da su matiz.
***No sea Hij&/&Q& y vaya y vote, no caiga en la trampa del hampa que es la oligarquía colombiana, distorsionándolo todo, desinformando de manera masiva, quitando la ley seca del camino, para que usted salga, beba, pierda el sieso y después solo pueda quejarse de que este país no avanza. Por el que sea que usted considere va a fin con sus ideas. Voto con-ciencia.