Dadas las actuales circunstancias por las que atraviesa el Cauca ante el bloqueo por parte del Cric, se hace imperativo entrar a comparar y/o analizar los siguientes indicadores:
- Número de hectáreas per cápita de tierra que posee cada indígena del Cric versus número de hectáreas per cápita del restante 82% de caucanos.
- Monto de transferencias directas del presupuesto nacional que recibe cada indígena del Cric versus monto de transferencias directas que recibe per cápita el 82% restante de los caucanos.
- % de la población Cric que tiene cobertura plena y gratuita en salud, educación y otros servicios sociales versus % de cobertura del 82% restante de los caucanos.
- Valor per cápita que le aporta cada indígena Cric al PIB regional y nacional versus valor per cápita que aporta cada uno del 82% restante de los caucanos.
- Índices integrales de productividad de cada hectárea de tierra en poder del Cric versus índices de productividad de cada hectárea en poder del 82% restante de los caucanos.
- Porcentaje de la tierras en poder del Cric utilizadas para cultivos ilícitos versus porcentaje de las tierras en poder del 82% de caucanos utilizadas para esos mismos fines.
- Número de micro, pequeñas y medianas empresas per cápita operativas al interior de la población Cric versus número de mipymes per cápita en el 82% restante de caucanos.
Y los comparativos podrían seguir...
Sin ninguna duda al respecto la conclusión será sólo una: si hay una población inobjetablemente privilegiada en el Cauca, a pesar de ser la que menos aporta en términos de productividad, competitividad y actividad económica, es precisamente la constituida por los indígenas del Cric.
Comparados con esa gente, la inmensa mayoría del resto de los caucanos, que trabajan digna y laboriosamente de sol a sol, es la más desamparada, la que menos recibe del Estado y la que vive en una innegable pobreza.