Hoy vemos que hasta los grandes gurús que supuestamente ven el futuro, como es el caso de Bill Gates, que planteó hace pocos años (exactamente en 2015) que la próxima catástrofe mundial sería una pandemia y que la gran amenaza no serían misiles, también se equivocan. Hasta estos fulanos llenos de dinero y asesores desaciertan, hacen malas apuestas y pierden efectivo.
Lo cierto es que respecto a las pandemias por virus tienen toda la razón, pero no tanto sobre la del covid-19, porque después de dos años de pandemia murieron 140.000 personas y con una mortalidad baja del 2 %. Sin embargo, puso en jaque al mundo y a nuestro país, no me quiero ni imaginar si la letalidad hubiera sido mayor al 25 %: ¡sería el primero en no estar en la calle!, ¡no me quitaría el tapabocas ni para comer! Y todos conocemos las consecuencias económicas y sociales que trajo esta eventualidad.
En el presente contexto se aleja el tema del covid-19, y ya tendremos que aprender a convivir con él, ya que se volverá una enfermedad endémica. Pero aparece una nueva amenaza para la humanidad: la amenaza nuclear. La invasión de Rusia a Ucrania ya tiene un millón de desplazados y una gran cantidad de muertos, con el agravante de que este juego de la guerra se salga de las manos de las potencias militares y de los bloques económicos, cuyos resultados pueden ser fatídicos para la existencia del ser humano.
Ya se empieza a sentir los efectos económicos, no solo por la situación de la amenaza nuclear, petróleo a 130,oo dólares, menos gas para Europa (ya viene el verano) y otros, sino también por la inflación ¡libra de carne a 40.000 pesos! ¡tres papas a 3.000 pesos¡ ¡30 huevos a 30.000 pesos¡. La única es dejar de consumir dichos productos para mirar si el efecto de la demanda hace que los precios bajen.
Dios quiera que no pase nada y no terminemos en una desaparición de la humanidad por una guerra nuclear. Bien dijo alguien por ahí “los dinosaurios vivieron 60 millones de años y parece ser que llegó un meteorito y los destruyó, el hombre lleva 10.000 de existencia y a este paso no vivirá 1.000 más”.
Como siempre, en estas situaciones son los profesionales de la salud los que tendrán que poner el pecho, para ello he visto ya invitaciones paranoicas, dejando de lado una pandemia de covid-19 a realizar diplomados y cursos para el manejo de contingencias nucleares atómicas, pacientes irradiados y contaminados. ¡Bueno, no está mal prepararse!
Y en otros temas ¿y con este tema de la invasión de Rusia a Ucrania cómo afectara las elecciones presidenciales en Colombia? ¿A qué carajo va Ivan Duque a Estados Unidos en las vísperas de unas votaciones?, etcétera.