La embajada ante las Naciones Unidas en Nueva York estaba ocupada por el conservador de Guillermo Fernández de Soto, canciller del expresidente Andrés Pastrana, quien a su vez reemplazó a María Emma Mejía que fue la encargada de defender el Proceso de Paz durante el gobierno Santos y anterior a su llegaba estaba Claudia Blum en el gobierno de Álvaro Uribe y que posteriormente tuvo un efímero paso por la Cancillería en el gobierno Duque.
Estas representaciones diplomáticas contrastan con la líder arhuaca Leonor Zalabata a quien el presidente Gustavo Petro la nombró embajadora ante la ONU en Nueva York. Zalabata pertenece a la familia Torres, una de las más prósperas e influyentes de la Sierra Nevada de Santa Marta. Su trayectoria inició hace 40 años, Zalabata fue de las primeras de su comunidad en asistir a una universidad y se convirtió en delegada por el pueblo arhuaco en la constituyente del 91. Además ha sido una líder feminista y ardua defensora de derechos humanos. Ha sido comisionada de Derechos Humanos por la Confederación Indígena Tayrona y delegada de los Pueblos Indígenas en las COP.