Del capitalismo al modelismo

Del capitalismo al modelismo

El modelismo se puede desarrollar con material reciclable o con electrónica y tecnología muy sofisticadas, pero se practica por placer y por asumir nuevos retos

Por: César Arturo Castillo Parra
julio 26, 2022
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Del capitalismo al modelismo
Un barco construido en un 80% con material reciclado. Foto: César Arturo Castillo Parra

La esclavitud duró muchos siglos porque unos cuantos hombres, les impusieron a los demás su visión del mundo, la idea de que ese era el orden natural de las cosas. En la edad media y en el capitalismo ha sucedido lo mismo, pues esa es una de las tareas de la cultura, cultivar en la masa las ideas de los dominantes.

Por eso hoy, gracias a diferentes estrategias implementadas por las élites, las que aplican en los medios de comunicación, y en el sistema escolar, ya echaron raíces en nuestro cerebro las semillas de la racionalidad del capitalista. Nuestra relación con el tiempo, con la dimensión espacial, con la naturaleza y con los demás seres humanos, la establecemos como si todos fuésemos inversionistas.

Así por ejemplo, decimos “El tiempo es oro”, hay que acortar la distancia para bajar los costos en transporte y llegar siempre más rápido; el trabajo de otro no vale; son costos laborales a eliminar o disminuir; el bosque es solo riqueza a explotar; los estudiantes son clientes a satisfacer; y en general se dice “amigo, cuanto tienes cuanto vales”, como reza la canción.

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Sin embargo, hay otra manera de ver las cosas. El tiempo también se hizo para ser disfrutado y no solo para luchar por adquirir chucherías; la distancia, no es mala, es hermosa cuando nos dedicamos a contemplar el paisaje; los bosques son los pulmones del planeta; el trabajo de los demás vale tanto como el mío y también es posible amar al otro desinteresadamente. Como cada una de esas ideas nos llevaría a miles de argumentos que los miopes califican de “románticos”, tan solo me concentraré en una categoría, la que llamamos el “tiempo libre”.

Todos tenemos infinidad de responsabilidades y obligaciones que atender a lo largo de la semana, ya sean por necesidad, imposición de las circunstancias o por otras personas como el jefe, la familia e incluso los amigos; pero el tiempo libre es el que nos queda para descansar, o hacer lo que nosotros queramos para reponer nuestras fuerzas materiales y espirituales.

Los capitalistas y muchas de nuestras autoridades –llámese alcaldes–, como no están interesados en nuestra formación o desarrollo integral creen que dicho tiempo es para convertirnos en meros idiotas útiles de las industrias turísticas, consumidores de divertimento, espectáculos como corralejas, ferias, festivales o campeonatos de pipiripao.

Es verdad que hay actividades u obligaciones que son tan agotadoras, que a duras penas en el tiempo libre tenemos aliento para oprimir el botón de un televisor, pero lo ideal sería que todos nosotros contribuyéramos para que cada ciudadano pudiera desarrollarse en otras actividades gratificantes o formadoras, como la jardinería, el dibujo, la música, el origami, la danza o el deporte aficionado.

Si en este país implementáramos más planes para ayudar a las personas para que desde la infancia a la vejez puedan contar con la oportunidad de dedicarse a actividades distintas al bochincherío de las redes sociales, a la intriga, los vicios o el delito, seguramente tendríamos una sociedad mucho mejor.

Al gusto por hacer carros, aviones, barcos a escala pequeña se le llama modelismo, pero los sujetos de escasa capacidad de discernimiento cree que esos son simples juguetes para desocupados porque se estima que la gente seria no debe dedicarse a perder el tiempo y el dinero en ello.

El modelismo (que en realidad debería llamársele constru-reparismo) se puede desarrollar con material reciclable o con electrónica y tecnología muy sofisticadas, pero se practica por placer, como el gusto por asumir nuevos retos y como un pretexto para conocer siempre cosas nuevas. No señores, el modelismo no es un simple juego porque para hacer que un avión vuele, se necesitan bases de aerodinámica y quien no conozca del principio de Arquímedes no logrará que su barco flote correctamente.

El asunto es tan serio que muchas de sus bases y principios son los que contribuyen a la formación de los nuevos talentos que hay en disciplinas como la arquitectura, la ingeniería y el diseño. Recuerde que las pequeñas naves espaciales que vuelan a otros planetas se inician con modelos pequeños que sirven de base para futuros avances en el conocimiento.

Ahora, supongamos que son juguetes. Pues es maravilloso, porque la lúdica que se practica con inteligencia, como el arte, son cosas tan valiosas que hacen que nos distingamos de los animales desde hace miles de años. Si el arte fuera una tontería hace mucho habría desaparecido.

Entonces, he aquí una recomendación clínica: aprópiese de su tiempo libre, no se deje arrastrar por las industrias del espectáculo. Dígales ¡Naranjas! a esos comerciantes, disfrute el tiempo libre a plenitud y no espere a que su psiquiatra le mande por prescripción médica a hacer mándalas, origami, deporte o modelismo.

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