Con el inicio del primer período de la cuarta legislatura en el Congreso de la República se evidenciarán las voluntades políticas hacia el cambio. Las propuestas realizadas por parte de la Misión Electoral Especial han quedado estipuladas en el acto legislativo 012 de 2017 en el cual se proponen las adecuaciones superficiales que lograron pasar por los filtros de los actores partidistas y se omitieron muchos de los cambios estructurales que pretendían corregir los errores del sistema electoral y de partidos.
Los partidos políticos son instituciones claves en las democracias contemporáneas, en ellos recaen muchas de las demandas sociales, la importancia de estos en la política hace que sea impensable la democracia tal cual como la conocemos sin la existencia de ellos. Estos como instituciones, son comprendidos por algunos académicos como un mal necesario para el funcionamiento de la democracia como forma de legitimar un Estado. Bajo este punto de vista observamos que los estudios sobre los partidos políticos en latinoamérica muestran que en el desarrollo histórico ha existido un riesgo implícito, acorde al contexto, el imperioso espíritu caudillista de los países latinoamericanos se concibe como una advertencia latente, y son los partidos políticos unos de los mayores responsables de atenuar dicho fenómeno.
En los personalismos encontramos una de las causas que ha debilitado los partidos políticos como instituciones que cohesionan y disciplinan sus integrantes, la incursión de los personalismos ha demarcado una tendencia que en la actualidad se manifiesta en una ecuación simple; a mayor fuerza personalista menor capacidad institucional por parte de los partidos, a esta regla se le aplican excepciones que no se acoplan perfectamente a dicho planteamiento, ya que se pueden presentar casos en los que el personalismo sea tan fuerte que por sí solo constituya un partido político, sin embargo en estos casos se antepone el orden ante las lógicas democráticas que debería tener dicha organización. Pero más allá de estos, las reglas de juego determinan parcialmente las condiciones para fortalecer los partidos políticos o fortalecer los personalismos, dependiendo de cuál sea el artilugio, por medio del cual se elijan nuestros representantes.
El contexto colombiano nos demuestra que las elecciones a las corporaciones públicas se pueden realizar de dos maneras, mediante el voto preferente o por lista cerrada, en las dinámicas electorales se demuestra un amplio favoritismo hacia el voto preferente como mecanismo que fortalece los personalismos, caso contrario pasa con el uso de las listas cerradas, mecanismo de poco uso entre los partidos políticos. Por el contrario, el voto preferente permite la individualización del político, elemento que consolida el individuo antes que la institución, este proceso de personalización de la política es contraproducente para el fortalecimiento de los partidos políticos, las dinámicas personalistas permiten que los individuos sean más importantes que las instituciones, comportamiento que va en contravía de la coherencia ideológica o mínimamente de la cohesión partidista. Es justamente ese problema el que pretende subsanar la propuesta realizada en la reforma electoral, de privilegiar las listas cerradas por encima del voto preferente para las corporaciones públicas, la promesa de configurar los partidos como instituciones cohesionadas y disciplinadas es la meta que pretende alcanzar medidas como la lista cerrada. Pero mecanismos como el voto preferente actualmente en uso, es el que mayores ventajas otorga para la consolidación de los personalismos a costa del debilitamiento de la democracia interna de los partidos políticos.
La reforma electoral, presentada por parte de la Misión Electoral Especial, cuyo mandato se justifica en el punto 2.3.4 de los acuerdos de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia FARC, se comprende como un proyecto en el que recaen varios objetivos; realizar propuestas para modernizar el sistema electoral, ampliar las garantías para la participación política y en general mejorar la calidad de la democracia. Ahora bien, los tres ejes principales expuestos en la reforma electoral presentada inicialmente, son claves para comprender lo que pretende hacer; primero, reformar la arquitectura institucional electoral, el segundo eje se refiere a la reforma en el sistema electoral, Y el financiamiento de la política. Esto solo constituye un acercamiento a nuestro tema principal, que se delimita en analizar las pugnas que se presentan entre listas cerradas o voto preferente.
Un breve recuento del uso de las listas cerradas nos transporta hasta el año 2003 donde dicho mecanismo dejó de ser obligatorio, a partir de allí son incuestionables los efectos que trajo consigo dicha medida. La desregulación política permitió que la democracia interna de los partidos políticos se convirtiera en un principio meramente nominal de nuestro sistema de partidos, y como consecuencia se devaluó la marca del partido político y se valorizaron los personalismos sin importar su coherencia ideológica o programática. Este fenómeno político nos entrega como resultado la actualidad, en donde a pesar de las grandes críticas que reciben partidos como Centro Democrático y Mira, estos reflejan en sus bancadas posiciones unánimes que permiten identificar con mayor facilidad las posturas ideológicas de dichas colectividades, caso contrario ocurre con la gran mayoría de los partidos políticos en donde sobresalen las facciones casi autónomas, la incoherencia y la poca disciplina partidista en la toma de posiciones sobre algún tema, en conclusión la flexibilidad que ofrece el voto preferente ha prevalecido a expensas de la credibilidad partidista.
Después de las reuniones efectuadas con los delegados de los partidos políticos y movimientos, se ha derribado el marco normativo inicial propuesto por la Misión Electoral Especial, las posiciones mayoritarias apuntan a la no postulación de la lista cerrada como mecanismo electoral, dicha propuesta como columna vertebral de la reforma electoral será omitida, para así perpetuar las dinámicas actuales que favorecen la indisciplina y la incoherencia dentro de las organizaciones partidistas.
Se puede plantear un conflicto de intereses, observando el siguiente panorama; la reforma política incluye además de lo mencionado, adecuaciones que pretenden fortalecer los partidos como organizaciones cohesionadas y en mayor medida disciplinadas, lo que va en contravía de las libertades políticas bajo las cuales se han configurado los personalismos, es decir los partidos políticos como instituciones carecen de credibilidad ante la ciudadanía, elemento que ha permitido la atomización de los mismos, llegando al punto de que incluso dentro de los partidos políticos existen facciones que chocan entre sí, allí sobresale el papel de los líderes políticos y como estos se ha consolidado incluso con tan alto grado de autonomía que no tienen la necesidad inminente de someterse a las decisiones del partido político, algunos personalismos con tintes de caudillismo, han tenido tanto éxito que se han llegado a convertir en partido político con gran peso electoral.
Finalmente hablar de los personalismos en la política es comprender que estos han determinado muchos episodios de la historia colombiana, las ideas encarnadas en los hombres como lógica personalista son tan determinantes que incluso llegan a ser más relevantes que las instituciones, en el panorama que enfrenta la reforma política, se encara este fenómeno, que se puede observar ampliamente en los últimos resultados electorales de las elecciones legislativas, donde como caso atípico uno de los pocos partidos, el Centro Democrático se presentó por lista cerrada y bloqueada a dichos comicios, la gran mayoría de los partidos se disputaron las curules por medio del voto preferente, mecanismo que realza los personalismos y los impregna de amplia autonomía con relación a las directrices del partido político. Es bajo la figura de estos que se instaura la defensa de los intereses particulares por encima de las medidas que beneficiarían el sistema de partidos.
Así entonces los mismos particularismos se han configurado como élites políticas regionales que se anteponen a los dirigentes céntricos de la colectividad, la amplia independencia ha conllevado a un estado de emancipación política que se opone a las propuestas que aspiran a fortalecer la democracia representativa.
El congreso de la república es reflejo de esto, dicho cuerpo colegiado esta preponderantemente constituido de personalismos, lo que inclina las reformas a su favor. Las repercusiones directas que determinan la organización de los partidos políticos, emanan directamente de los cambios que se realicen en el sistema electoral. Los partidos políticos como instituciones claves se instituyen parcialmente a partir de las reglas de juego que se concreten en el sistema electoral, estas son las pautas que permitirán la proliferación de los personalismos o el control y reordenamiento de los partidos políticos como instituciones indispensables para la consolidación de la democracia como medio para sí misma.
El panorama actual nos demuestra que las condiciones están dadas para que la reforma política presentada por parte de la Misión Electoral Especial se convierta en una más de las promesas incumplidas, y que se terminen aprobando condiciones que permitan la consolidación de un sistema de partidos cohesionado, pero por los intereses personales y lleno de vacíos jurídicos que le darían continuidad a la degradación de la poca credibilidad que aún tienen algunas ideas políticas.