Del Amazonas en llamas, el capitalismo y la posverdad

Del Amazonas en llamas, el capitalismo y la posverdad

Este sistema económico no tiene límites ni fronteras, aun sabiendo que existe ya una conciencia muy desarrollada sobre la importancia del cuidado del medio ambiente

Por: jhonnier Alejandro Atehortúa Villegas
agosto 29, 2019
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Del Amazonas en llamas, el capitalismo y la posverdad
Foto: Pexels

Esta escena comienza con un momento muy cruel para la historia, para la naturaleza y para el mundo entero. Resulta que en estas fechas se hablaba muy poco de un fenómeno que afectó gravemente la ecología y el sistema climático de esa época. Para quienes no entendían los sucesos y la forma en la que actuaban los medios de comunicación en el proceso de comunicación era muy difícil comprender las razones por las cuales estos intentaban filtrar la realidad de los acontecimientos, protegiendo la verdadera verdad y distorsionando la información falsa sobre la situación de los incendios a través de redes sociales y medios masivos de comunicación.

Mientras el Amazonas ardía en llamas, muchos agentes políticos se negaban a manifestar que los incendios eran una situación provocada. El ocultamiento de esta verdad y de muchas otras catástrofes hacen parte de la época de la posverdad, una en la que todos los medios de comunicación eran comprados. Como se ve, no era una situación distinta a la de hoy día. Además, una consigna tomó gran fuerza en los medios de comunicación y en las redes sociales: “No son incendios forestales, es capitalismo”. Esta llevó a muchos jóvenes del momento a cuestionarse lo que estaba pasando en la Amazonía, puesto que allí se registraban constantes incendios. De hecho, ese año, durante casi 20 días, se registró el mayor nivel de incendios forestales a nivel mundial. Sin contar con que el aumento nacional de territorios incendiados se aproximaba a un 88 % en comparación con el año anterior. El mensaje era muy claro en cifras.

Yo no era el mejor de los estudiantes, pero tenía cierto nivel de astucia para entender las situaciones externas con base en mis conocimientos de economía y geografía. Quizá esos estudios me permitían entender la importancia del territorio en la guerra comercial y las repercusiones que muy pronto iban a tener esas acciones de las multinacionales no solo en los medios de comunicación, sino en el mundo: las riquezas naturales, los ciclos del agua, los territorios de especies poco comunes y las mismas especies. Eso era algo que se podía rescatar de la Amazonia, contenía una riqueza que ninguna otra selva en el planeta podía almacenar.

Además de la diversidad de especies, guardaba una parte desconocida de la historia humana, unas tradiciones, unas comunidades y toda una cadena de especies que dependían de ese entorno natural, que sin distinción alguna fue arrasado por las llamas del “capitalismo salvaje”. Lo que sucedía me dejaba muy perplejo, puesto que hace poco en las aulas de clase de macroeconomía se hablaba de la guerra comercial entre China y Estado Unidos por la hegemonía mundial del sistema mundo capitalista. Esto me permitía entender cómo seguirían siendo los movimientos de cada país. Por ejemplo, cuando China tomó la decisión de devaluar su moneda, tras las imposición y el aumento de los aranceles a las importaciones chinas en Estados Unidos, se marcó una ruta diferente para el comercio de Estados Unidos y para el consumo del imperio chino. Sin embargo, varios años antes de este desacuerdo comercial, Brasil ya figuraba en el panel de países exportadores de soja y carne de res, quizá era el mayor exportador para esa época. Esa disputa por el control comercial y el cierre de China a las importaciones agrícolas estadounidenses provocó una movilización internacional de inversiones para preparar nuevas tierras con cultivos que lograran brindar un soporte a futuro para el consumo de esos imperios.

De este modo, los incendios por fin tenían dueño, por fin se podía entender la causa real de estos incendios: resulta que Brasil desde varios años atrás al 2019 ya estaba tomando iniciativas para aumentar la producción de soja y de carne, dado que estos productos son muy apetecidos en el mercado mundial. No obstante, es curioso que muchas personas pusieran sus ojos en el Amazonas sin tener en cuenta que había muchos otros lugares del mundo que estaban viviendo situaciones peores de incendios forestales. ¿Acaso los incendios de África ya eran incendios muy comunes? Hablo del caso de Angola y la República Democrática del Congo. Quizá la negligencia de Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, tenía mucho que ver con la negligencia de los presidentes de los países africanos que estaban viviendo estas dramáticas situaciones, todos ellos estaban dominados por el germen de la corrupción. Es así como entendemos que el capitalismo salvaje no tiene límites ni fronteras, aun sabiendo que existe ya una conciencia muy desarrollada sobre la importancia del cuidado del medio ambiente.

Brasil era el mayor exportador mundial de carne de res. Sus exportaciones de carne alcanzaron un récord de 1,64 millones de toneladas en 2018, según la Asociación Brasileña de Industrias de Exportación de Carne. Los principales mercados eran China, seguido de Egipto, luego de la Unión Europea. Esta era una razón de mucho peso para tomar medidas de acción capitalista y también para abrirle paso a los apetitos de grandes empresarios que querían participar de la demanda de alimentos que surgiría en medio de la guerra comercial que libraba Estados Unidos y China.

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