Es día de noticias deportivas. Usted se sienta tranquilamente frente al televisor y se deleita con las proezas del atleta de turno. Para nuestro ejemplo, puede tratarse de cualquier deporte (individual o de equipo): no importa si es Mariana Pajón, Catherine Ibargüen, James Rodríguez o la Selección Colombiana de "ponchado".
Inmediatamente después del registro de la heroica gesta de nuestros atletas, el presentador del noticiero da paso al cubrimiento en vivo, en directo y con todos los detalles desde la casa del héroe de turno. En ese momento usted puede hacer una lista en su mente, y preguntarse a cuántos familiares de nuestros deportistas han importunado los atorrantes periodistas deportivos de nuestra Nación.
El papá de Juan Pablo Montoya, y de Mariana Pajón, la extensa familia de Caterine Ibargüen en Turbo, los tíos y abuelos de Juan Guillermo Cuadrado en Necoclí (Antioquia) la mamá de James, los padres de Nairo Quintana, amén de un larguísimo etcétera, han desfilado por la pantallas criollas respondiendo a preguntas tan profundas como "Qué sintió cuando vio ganar a su hijo/sobrina/nieto?" o ¿"usted siempre creyó en él(la)?". Hoy, después del mismo denigrante espectáculo de acoso familiar (la víctima, los padres de Jeison Murillo, autor del gol de la victoria contra Brasil en Copa América), es menester solicitar a los periodistas colombianos que por favor, por respeto a los deportistas y a la integridad de su trabajo, ¡dejen en paz a las familias de los deportistas!
Está bien, es conocido el hecho de que el amarillismo y el sentimentalismo dan buenos frutos en materia de rating, pero creo hablar en nombre de miles y miles de colombianos que sienten "pena ajena" cada vez que la intimidad familiar de los atletas colombianos es vulnerada sin piedad, "en vivo y en directo", "en el lugar de la noticia", sin ninguna consideración ni respeto.
¿Ha visto usted en algún informativo extranjero una entrevista con la mamá de Usain Bolt?, ¿cubrieron 'en vivo' la casa de la madre de Messi durante la final de la Champions?, ¿acaso tenemos la más mínima idea de cómo lucen los tíos y amigos personales de Roger Federer?, ¿acaso ese tipo de datos son relevantes para el cubrimiento deportivo?
Más profesionalismo y más respeto, señores periodistas deportivos. Nuestros héroes lo merecen.