En este mundo supuestamente globalizado e incluyente, en el que creemos que vivimos, resultan un poco inquietantes las declaraciones del exministro Juan Carlos Pinzón acerca de la exclusión de la que ha sido víctima durante la campaña a la presidencia.
Existe “discriminación masculina” anoche me la aplicaron en el debate de @Teleantioquia.
Me habría encantado explicar mi compromiso con la equidad de género con hechos reales y políticas de avanzada para los próximos años en beneficio de la mujer y las madres cabeza de familia. pic.twitter.com/N1CntLBmuG— Pinzón Bueno (@PinzonBueno) April 25, 2018
Es entendible que como mujeres nos sintamos orgullosas y complacidas ante la inclusión de nuestro género en altos cargos. Es este el caso, de las fórmulas vicepresidenciales de los candidatos a la presidencia. Sin embargo, hay que analizar con lupa cómo puede esto beneficiar o no a un candidato, pues hay que decirlo, en muchas ocasiones la inclusión de una minoría —étnica, social o de género— en la vida política significa solo el relleno para captar más votos. Así pasó en los inicios del voto femenino en Latinoamérica, pues no es un secreto que la población femenina es mayor a la masculina, entonces el voto femenino en sus inicios fue un mecanismo utilizado por políticos para atribuirse esos voticos —bastantes— de las mujeres. Es decir, el derecho al voto femenino se disfrazó de estrategia política, la cual era encabezada por las primeras damas.
Aterrizando un poco más en estos días, estamos viviendo una campaña presidencial un poco atípica, si se quiere ver así, donde las mujeres tienen un papel fundamental dentro de las fórmulas. En primera instancia, las fórmulas vicepresidenciales femeninas han tenido un amplio escenario político, que hay que reconocer parece no ser suficiente para acabar con lo retrógrado del machismo político. No obstante, no se trata de defender el derecho de las mujeres a la participación en la política, sino la equidad que debe suponer este mundo tanto para mujeres como para hombres; no se duda de la capacidad de las mujeres dentro de la fórmula, más bien de que su convocatoria haya sido por esta.
Por otro lado, existen en este momento dos fórmulas vicepresidenciales masculinas, que de igual manera tienen un amplio escenario, uno dentro de cargos gubernamentales y el otro dentro del sector académico. Es posible decir que la fórmula de Viviane Morales —Jorge Leyva Durán— se ha visto excluida en la mayoría de debates y foros, no es el caso de la fórmula de Germán Vargas —Juan Carlos Pinzón— que además fue candidato presidencial en su momento. Sin embargo, es importante resaltar la ausencia de estas dos fórmulas en el debate vicepresidencial de Teleantioquia el pasado 24 de abril por no ser invitados. Al respecto solo se refirió Pinzón con una carta al canal, en donde manifestaba su inconformidad y sentimiento de exclusión por ser hombre, y a lo cual las autoridades del canal respondieron que había sido programado hace bastante tiempo y que era sobre mujeres poderosas para hablar sobre temas de mujeres.
Sin embargo, este argumento parece que no fue suficiente para Juan Carlos, quién replicó que no había “nada más importante, en un país donde seguramente incluso abusos contra las mujeres quien representa a los hombres demuestre, trabaje y contribuya a que las mujeres tengan todos los derechos” y que no consideraba que por ser hombre no tuviera autoridad o ideas que contribuyeran a la equidad de género. Es más, adicionó que en su tiempo como Ministro de Defensa realizó varias actividades en pro de la mujer y sus derechos, contribuyendo a la equidad de género en instituciones como la Policía, nombrando la primera general en la institución y el Ejército.
Se debe considerar entonces que tanto las fórmulas vicepresidenciales femeninas como las masculinas están en el derecho de difundir su palabra en todos los temas que refieren a la política pública nacional. Lo anterior porque es de dominio público que todas las fórmulas son preparadas —unas más que otras en ciertos ámbitos— como Pinzón en el manejo de dineros públicos y relaciones exteriores. Pero, esto no significa que las que no son expertas en ciertos temas o no son de cierto género, etnia o religión, no tengan derecho a expresar sus opiniones, ideas y propuestas. Pues en campaña se debe adicionar, más no restar propuestas que contribuyan a toda la población. ¡Dejen jugar a todos los candidatos!
