Desde finales del siglo XX y a lo largo de este siglo el movimiento estudiantil en Colombia se ha pronunciado frente a la desfinanciación de la educación pública, todo devenido de la Ley 30 de 1992. Sin embargo, en 2018 estalló el sentimiento de pertenencia por las universidades públicas y es así que los estudiantes nos movilizamos y nos unimos para hacer un paro a nivel nacional, porque finalmente nosotros hemos sido los que nos enfrentamos cada día con la falta de implementos para desarrollar una clase de calidad, expresado en infraestructura, materiales y falta de profesores.
¿Quiénes somos los estudiantes que estamos exigiendo una educación pública y de calidad? Somos seres humanos llenos de sueños, anhelos, invenciones y creaciones, con una carga por cambiar nuestro país, ese que nos duele tanto... Por la pobreza, la desigualdad, la guerra, la corrupción, el desempleo y las economías extractivas que nos están dejando un país enfermo, sin medio ambiente... la lista es larga pero al igual que muchos creemos que la única salida a esto es la educación, por eso la defendemos, porque necesitamos que todos los jóvenes que vienen conozcan esta hermosa oportunidad para mejorar su calidad de vida y mejorar este país.
Por eso necesitamos hablar y expresarnos frente a tantos procesos que pasan en nuestro país, no queremos más esa herencia maldita, manchada de corrupción, impunidad y desigualdad. Estamos cansados que la sociedad colombiana viva su día a día naturalizando lo innaturalizable, la guerra, los asesinatos a líderes y lideresas sociales y la corrupción. ¡Cómo esperan que callemos!
Nos duele que en Colombia está migrando nuestro capital, hay una fuga de capital. Los profesionales no son valorados, al contrario son menospreciados y lanzados al ostracismo. Acá no se valora la ciencia, porque no hay una inversión real. Por eso seguimos apostando a exportar aguacates, mientras la competencia desigual nos obliga a acudir a grandes deudas con bancos que finalmente producen a largo plazo, más pobreza.
Ahora nos quieren arrebatar lo único que nos hace entrar en ese realismo mágico para olvidarnos por unos instantes de esa verdad difícil y dolorosa... Sí, es la educación. No financiarla es acabarla. ¡No jodan! Nos quitaron el derecho a la paz, a crecer en una sociedad sana, pero no. Crecimos en una sociedad enferma y cruel.
Es hora que reflexionemos como sociedad, ya no se puede más. No aguantamos su silencio y hemos decidido lanzarnos. Llevamos en nuestra voz todo este dolor, toda esta impunidad y sí, hemos sido nosotros los que sí salimos a luchar por los que vienen. Ya que ustedes no lucharon por nosotros. Vamos a intentarlo.
¡Tenemos mucho por decir, mucho más de lo que señalan los medios de comunicación!
¡Yo quiero estudiar para cambiar la sociedad, vamos a la lucha!