Cuando leí la noticia ciudadana “Gracias RCN y Caracol por quitarme el vicio de ver televisión”, redactada por un tal Carlos Moreno, me indigné. ¿Qué le pasa a ese señor?, ¿acaso es un pseudo intelectual amargado, de los que prefieren leer un libro a mirar una telenovela? (sí, es telenovela, no novela), me preguntaba.
Cómo se le ocurre a ese señor denigrar de nuestros canales privados. Si RCN y Caracol son los que más han trabajado por establecer la marca Colombia en el mundo. Por ejemplo, en España, México, Argentina y en otras partes del mundo reconocen nuestros productos televisivos: “¿Colombia, wey? Claro, prepagos, mafiosos, narcotraficantes”. ¿Colombia, tío? Venga, putas con culos divinos. Pablo Escobar. Cocaína”.
Gracias a los canales privados el mundo entero se enteró de que en Colombia Sin tetas no hay paraíso, de que Pablo Escobar es el Patrón del mal —al que muchos todavía llaman cariñosamente Pablito—, y de que Los tres Caínes eran hermanos que mataban y se mataron entre sí. Si Caracol no hubiera trasmitido Las Muñecas de la Mafia los miles de turistas que vienen a Medellín y a Cartagena no preguntarían por los servicios de prepagos carnudas como “esas de la tele”. La Reina del Sur, La Viuda de la Mafia, El Cartel de los Sapos, El Capo, El Señor de los Cielos, Alias JJ, La Mariposa, El Chema, Pasión de gavilanes…Telenovelas que muestran quiénes somos y qué nos gusta a la mayoría.
Además, los canales televisivos son a la vez magnánimos, ofrecen empleo a personas que de no ser por la televisión no sé qué sería de ellos. ¿Soportaría usted en su oficina a un petardo como Jota Mario Valencia? Si Naren Daryanani, Lincoln Palomeque, el Gato Baptista y Jaider Villa fuesen abogados, ¿usted confiaría su caso a ellos?, ¿se imagina a Laura Acuña como Defensora del Pueblo? o ¿a Sara Corrales como Ministra de Cultura?, ¿Don Jediondo como ministro de Educación?
Hombre, las vainas son como son y cómo deberían de ser. Bien lo dice el crítico de tv, Ómar Rincón, al colombiano lo narco le sale bien. Andrés Parra hizo el papel de su vida en Escobar, el Patrón del mal, lo mismo Marlon Moreno en El Capo, María Adelaida Puerta en Sin tetas no hay paraíso y Robinson Díaz en El Cartel de los sapos. Eso “somos”. Eso es lo que nos gusta: el plomo, la violencia, las mujeres con culo y tetas grandes tipo prepago, lo ordinario, lo chabacano.
Así que, señor Moreno, aunque Yo no creo en los hombres, ni mucho menos en Los Reyes, le voy a decir Nada más que la verdad: su merced está Fuera de lugar, y no tiene el Factor X. Colombia tiene talento, si no me cree mire lo que pasó con las Popstars o la gran mayoría de los Protagonistas de Novela. Además, si Colombia fuera un país culto, sus habitantes no leerían sólo dos pinches libritos por año y desde hace rato hubieran elegido como presidentes a Mockus o a Sergio Fajardo.
Por lo tanto, Caracol y RCN: gracias por ofrecernos lo que nos gusta. Gracias, por nada.