Defendiendo a la ilustradora que falseó su trabajo: una perla más en la tradición barranquillera

Defendiendo a la ilustradora que engañó con su trabajo: una perla más en la tradición barranquillera

Este caso, que combina la mentira y la exageración, no dista mucho de otros casos que ya forman parte de la cultura y memoria barranquilleras

Por: Giancarlo Silva Gómez
enero 22, 2024
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Defendiendo a la ilustradora que engañó con su trabajo: una perla más en la tradición barranquillera
Fotografía: Archivo

Saldré de mi ostracismo autoinfringido para referirme al caso de la ilustradora Geraldine que tiene revuelto a medio país, en una suerte de competencia por quién hace el meme más original y gracioso. El otro medio país no entiende el tema y tampoco le importa la suerte de esta nueva celebridad porque está pasando hambre, no tiene acceso al agua potable y le carcome el alma la falta de oportunidades. Así estamos, los unos sumidos en el lodazal de lo baladí y los otros en el lodazal de la miseria.

Y pese a que mis queridos lectores son de todo el país, me permitiré, con su venia, acometer este texto en estricto español de Barranquilla: la pelá bartola esa se inventó un tronco e paco, dizque trabajó en una película de chinos y no hizo ná y  le tienen montado un cipote e perrateo por embustera!  

Este caso, que combina la mentira y la exageración, no dista mucho de otros casos que ya forman parte de la cultura y memoria barranquilleras. Y es que, en la tierra de la barriga e trapo, del meteorito, del concejal bachiller sin diploma, de la estrella falsa del junior, entre otros, cualquier cosa se puede esperar. Para catalizar, disfrutar y romantizar esta historia tenemos el carnaval: escogió una buena época cercana a la fiesta del rey momo para hacerse famosa a fuerza de camisetas alegóricas y disfraces.

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Normalizamos exagerar y mentir y ahora salimos más papistas que el papa. Incluso somos socialmente benevolentes con la mentira piadosa y le llamamos “una mentirilla”. Explico mi punto:

  • Hola cuadro!! Tenía como mil años que no te veía…
  • Ajá mi llave!! Nojoda si, desde la última vez
  • Nojoda tronco de carro bacano viejo men!! Lástima el cule barriga esa que tienes. Pareces un burro parao en dos patas
  • Eche si, ando con un cule barriga cervecera loco, pero esa es la que le gusta a los bollitos!!
  • Pa joderte!! Siempre que te pillo mal parqueado andas con troncos de babillas…
  • Jajajajajajajajaj!! Mejor andar de power ranger que de cachón como tu loco!!! Tu sabes que en carnavales el cacho anda bajito…

Esos mismos barranquilleros, embusteros y exagerados a fuerza de la costumbre, le han propinado una paliza infame a Geraldine por una mentira sin gracia ni beneficio. Se tomaron el trabajo de verificar la falsedad de la información y contrastar los datos, es decir, tuvieron más rigor que El Heraldo que tuvo que exponer a su directora a una rectificación y disculpas públicas grandilocuentes, luego que quedara en evidencia, como medio barranquillero por excelencia, que exageran y mienten a placer.

En mi condición de embustero tengo la necesidad de ser abogado del diablo y defender a mi  nueva colega. Es hora de combinar mi profesión de jurista con mi vocación de mentiroso: es prácticamente improbable que la conducta de mi querida Geraldine derive en conducta punible alguna, es decir, no cometió ningún delito, pero es absolutamente probable que quienes se esconden en las redes sociales para menoscabar la honra e integridad de mi defendida estén incursos en más de un delito, sobre todo aquellos conexos a la violencia de género. Al final de cuentas se está protegiendo el derecho a tirar un embuste de vez en cuando.

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No me quiero imaginar qué pasa por la cabeza de Geraldine. No sé si ha requerido ayuda profesional o simplemente se está gozando su cuarto de hora. Pero si tiene la fuerza suficiente puede volver toda esta adversidad en una oportunidad sin precedentes. La memoria de las redes es efímera, pues una cosa tapa la otra sin que tengamos tiempo de almacenar en la memoria, o si no, le pueden preguntar a las vendedoras de limonadas de Simón Bolívar.

Mis más de 40 años me permiten pronosticar el final: Geraldine se repone con fuerza biónica del matoneo, sale en el video de alguna canción de carnavales, la invitan a alguna carroza de la batalla de flores de Barranquilla o de Santo Tomás, abre una cuenta de onlyfans, se vuelve influencer y monetiza sus contenidos virales, se vuelve millonaria a fuerza de un embuste anodino amplificado por las redes sociales, llenas de desempleados, desocupados y resentidos que, en una especie de bucle, terminarán adulando la resiliencia de la “paquitera” mas célebre en curramba por estos días.

No conozco a Geraldine y por obvias razones no la puedo contactar pues se ha vuelto invisible en redes sociales mientras pasa la tormenta, pero desde esta humilde tribuna le ofrezco una somera defensa y una aproximación al porqué este episodio terminará en el anecdotario Barranquillero para la posteridad. Te invito a que hagamos un programa de radio con las mentiras más cotidianas y normales de nuestro día a día y a burlarnos de la hipérbole en nuestro lenguaje. Piénsalo, ya tenemos experiencia y fama… hasta creo que el Heraldo nos presta sus portales para el ejercicio…

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