“A confesión de parte, relevo de pruebas” es un axioma jurídico que significa que quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo. Y este axioma nos viene muy bien para ratificar que quienes dicen defender al Gran Colombiano se han convertido en sus más acérrimos acusadores.
El primer fiasco fue con los testigos que solicitó la defensa con la ilusión de que declararan a favor del doctor Uribe y resultaron diciendo que efectivamente ellos sí habían recibido dinero por parte del abogado que lo representaba, prueba que no la aportó la acusación sino la defensa pero que desafortunadamente lo incrimina.
Después, el comité de abogados —los mejores no solo de Colombia sino del mundo— que tiene el doctor Uribe lo asesoró para que dijera en la indagatoria que él sí sabía de la entrega de dineros para sobornar a los testigos que estaban declarando en su contra, a fin de que una vez recibido el dinero —el subsidio— u otra utilidad —el recurso de revisión— lo hicieran a su favor, pero que todo fue a sus espaldas y que se vino a enterar hace apenas unas semanas, mucho después de que los hechos se consumaron. Si el abogado Cadena sabía que él estaba llamado a indagatoria desde hace más de un año para imputarle los delitos de soborno de testigos y fraude procesal de los cuales está sindicado, ¿por qué no tomó medidas?
Ingenuamente uno se pregunta: ¿por qué apenas hace unas semanas fue que el abogado Cadena le confesó su crimen al doctor Uribe —que es la personificación de la honorabilidad, como lo afirmó su subalterno Duque— y no lo hizo desde hace más de un año, cuando se enteró de que a su cliente lo llamaban a indagatoria por un delito que él cometió y no el doctor Álvaro Uribe Vélez? En este caso no solamente al doctor Cadena deben procesarlo penalmente, sino también abrirle un proceso disciplinario para la pérdida de su tarjeta profesional como abogado por ser desleal con su cliente.
Si los mejores abogados del mundo que están al servicio del doctor Uribe saben perfectamente que el delito de fraude procesal es de carácter permanente y hasta el día que se le advierta al juez que fue inducido en error, el delito se está cometiendo, ¿cuál es la razón entonces para no asesorar a su cliente y decirle que presentara antes de la indagatoria un memorial, manifestándole a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia que su abogado el doctor Cadena y no él era quien los estaba induciendo en el error? Así como los hechos son tozudos y la lógica no pelea con nadie, las coartadas expuestas por el doctor Uribe para su defensa no resisten el menor análisis lógico, utilizando la sana crítica.
Dado que los defensores del doctor Uribe se han convertido en sus acusadores, para mí la mejor defensa del doctor Uribe es que admita su responsabilidad en los hechos antes de que lo condenen para que tenga todos los beneficios de rebaja de la pena. Y teniendo en cuenta que supera los 65 años de edad, ni durante el proceso ni frente a una eventual condena pisará la cárcel por la comisión de los delitos que la Corte Suprema de Justicia lo síndico y vinculó al proceso penal como autor de ellos.
