Hoy es un día que reflexiono y cuestiono la labor de algunos colegas de manera personal ante las diferentes situaciones y hechos que se han presentado durante el marco de las protestas.
Mi intención con este llamado de atención es crear un espacio de reflexión y meditación, sin la necesidad de cuestionar o descalificar la labor de nadie. En realidad, solo quiero hacer una invitación a la cordura y a la calma, pero sobre todo al respeto de esas personas que son el motor y el estímulo por el cual nosotros llevamos a cabo nuestra maravillosa labor de enseñar: el estudiante.
El motivo de este mensaje es contribuir con algo que pueda servir de aporte para la vida personal y profesional, y constitucionalmente se pueda acoger a la libertad de expresión y aportar elementos que sean valiosos para la academia.
Recordemos que somos el ejemplo de muchos individuos en su etapa formativa. Ellos serán o son lo que son porque aprenden de nosotros hasta las expresiones. Si seguimos hablando con odio, desprecio, desgano, intolerancia e inconformidad, eso es lo que es proyectamos en ellos y estaríamos contribuyendo a la gran enfermedad de la sociedad que hoy se manifiesta en el caos que estamos viviendo.
Es momento de comenzar a formar sin sesgos sin inculcar convicciones o ideologías personales y desde un marco limpio, constructivo y neutral. No olvidemos que somos los artífices y principales responsables de los profesionales, técnicos, tecnólogos y demás personas que salen a la sociedad.
Es importante recalcar que nosotros los docentes debemos empezar a generar el cambio desde las aulas, contribuyendo en las nuevas generaciones para que no se olviden de soñar, el principal elemento, y destruyan el síndrome “tóxico” de la desesperanza que se percibe en la gran mayoría de ellos. Así mismo, empecemos a trabajar con ellos el pensamiento crítico, la argumentación y el debate, porque estos elementos o herramientas nos permitirán formar al individuo.
Por último, soy consciente de que este último año no ha sido fácil para muchos. De hecho, ha sido uno que nos ha puesto a prueba en muchos aspectos, y que nos ha forzado a crear nuevas metodologías de trabajo y de enseñanza, o a reformarlas. Además, hemos tenido que cambiar nuestras aulas por espacios virtuales para continuar con la labor formativa, muchos inclusive nos hemos visto recargados de trabajo, pero no es excusa para no garantizar y proteger el derecho a la educación.
Hago un llamado a todos para que mantengamos nuestra posición de defender la vida y la educación y a no generar más violencia sino acuerdos que resuelvan las diferencias.