Los mitos se constituyen aún en nuestra sociedad contemporánea y son todavía un motor de acción y de validación para muchos grupos humanos.
¿Cómo se define el mito? Como un relato colectivo que explica el funcionamiento de las cosas, su historia y su relevancia en el grupo humano a través de una narrativa fundacional y metafísica que da sentido a la existencia de esa colectividad.
Algunas veces se relaciona con hechos reales ocurridos en el pasado y que se han configurado a través de unos relatos que les dan relevancia a unos sucesos y esconden otros, con el fin de constituir héroes, santos, villanos, demonios y enemigos y así darle coherencia al relato mismo justificando la historia de aquella colectividad y permitiendo que los hechos y fenómenos venideros encajen en este paradigma.
Esta narrativa repetida colectivamente y a lo largo del tiempo se va constituyendo en un mito que toda la colectividad acepta como relato fundacional e identitario de su presencia en la sociedad.
Podemos preguntarnos si en la ciudad de Cali se ha constituido el mito Andrés Caicedo.
AC fue un joven escritor nacido en 1950 y quien a los 27 años se suicidó tomando gran cantidad de pastillas psiquiátricas y dejando una voluminosa obra literaria y de ensayos cinematográficos y una profusa correspondencia a sus padres, hermanas y amigos que a la luz de hoy resulta inquietante como documento literario e histórico de la ciudad que vivió.
Escribió una de las primeras novelas urbanas en Colombia, Que Viva la Música, y los temas que trataba y su estilo le hicieron ver como una sensibilidad adelantada y rebelde de su época.
Pero la figura de AC ha permanecido en el tiempo y luego de casi 50 años después, en la ciudad y en el país y fuera de él se resalta la obra, vida y experiencias del joven Andrés Caicedo, a pesar de que hoy en 2020 tendría 70 años de edad.
Se mantiene la imagen de su figura de 20 años con cabello largo, gafas negras, tez blanca y delicada; se forman grupos de seguidores, se leen y releen sus obras y al final de cuentas se le puede estar dando mayor valor a su literatura de la que quizá realmente tenía.
Aquí es donde puede estar el mito: en el relato fundacional que constituye a AC en una especie de héroe o santo, más allá de condiciones materiales y sociales de la época; se resaltan aspectos de su vida y obra y se esconden otros, o aquellos que no son muy relevantes se trata de ponerlos dentro de una narrativa apropiada; se venera su figura, su historia, su biografía y su obra puede estar siendo sobredimensionada a la luz de su presencia.
En torno a AC hubo una serie de amigos, familiares, contradictores a quienes el mito les ha favorecido pues sus biografías han obtenido relevancia por el hecho de haber sido amigos o cercanos de AC. Se han escrito libros y artículos; se han realizado películas de ficción, documentales, ensayísticas, reseñas y críticas; se han hecho foros, conferencias y seminarios sobre él; se ha llegado a constituir un tour por los sitios que menciona en sus libros y algunos de estos personajes se han convertido en figuras sagradas de los entornos e instituciones a las cuales pertenecen, porque son portadores y difusores de la narrativa AC debido a que pasaron un tiempo cerca de él.
El mito puede estar en ser un relato colectivo basado en un personaje que encarna una especie de santo-héroe que explica cómo fue la década de los 70 en Cali y justifican la importancia de esta década basada en su vida; todo pareció girar en torno de él y es la fundación de una nueva ciudad que aún hoy recibe su estela.
Quienes estuvieron a su lado son como una especie de apóstoles que dan testimonio de su obra y de su aura heroica y están llamados a prolongar en el tiempo su nombre y sus enseñanzas; por lo tanto, aquellos apóstoles se convierten en poseedores de la única verdad posible y toda su obra propia está marcada por la certeza de estar difundiendo la verdad.
Cuestionar a los apóstoles y cuestionar al héroe-santo es un acto pecaminoso que se paga con la descalificación cultural por parte de sus seguidores y el marginamiento de las dinámicas de financiación y aprobación presupuestal e institucional del medio.
Definir la importancia de un mito para una ciudad o región es otro terreno a discutir, pero lo que queremos demostrar en esta corta reseña es que AC pasó de ser un escritor nacido en 1950 con una profusa obra literaria —que hay que evaluar si podría trascender por sí sola— a ser —tal vez por motivos de la vida vívida, por su muerte romántica a través del suicidio, por sus tormentosas relaciones con sus padres, amores y amigos y consigo mismo, por los profusos escritos sobre cine y sobre la ciudad, por su abundante correspondencia o quizá porque su figura se acerca a los de los poetas franceses del siglo XIX, trágicos, geniales, apasionados— en una especie de mito que se reafirma con las narrativas que se cimientan en torno a él y a su influencia sobre la ciudad.
Tal vez no es un mito popular o de los sectores populares, pero ha calado fuertemente entre la juventud estudiantil, los sectores artísticos y entre estudiosos de la literatura de la región. Un relato colectivo que explica nuestra actual situación en perspectiva de la existencia de aquel personaje mitificado.