Señores Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Humberto de la Calle:
El 11 de marzo asistimos a una nueva contienda electoral que, como tantas otras jornadas, estuvo marcada por la politiquería, el clientelismo, la compra de votos y los discursos de odio y guerra. Los y las jóvenes del país vimos cómo las elites corruptas y tramposas se apropiaron nuevamente de las instituciones para saquear nuestros recursos y aumentar sus fortunas personales. Y claro, como en las demás ocasiones, el abstencionismo fue otro de los grandes protagonistas.
Álvaro Uribe, con más de 200 procesos en su contra por cargos que incluyen masacres y corrupción, se consolidó como el senador más votado del país y su partido, el Centro Democrático, como la primera fuerza política del congreso. De igual manera, su candidato a la presidencia, Iván Duque, llegó a los 4 millones de votos con lo que tiene casi garantizada una plaza en la segunda vuelta. Cambio Radical, el partido político con más personas involucradas en graves casos de corrupción, se consolidó como segunda fuerza y aumentó ostensiblemente su participación en el congreso.
Sin embargo, también vimos unas pequeñas pero cálidas luces de esperanza que se encienden poco a poco. La Farc, sin armas, participó en las elecciones y obtuvo sus primeros votos como partido político legal. Esto, sin duda, es ya un triunfo irreversible de la paz. Una agrupación nueva, la Lista de la Decencia, pasó el umbral y llevó al senado y la cámara a dos valientes luchadoras por la paz y la justicia social. La Alianza Verde y el Polo Democrático aumentaron sus votaciones y mantuvieron en el congreso a importantes líderes sociales y de opinión, que han jugado un papel clave en el ejercicio de control político. Así, estamos ante la posibilidad tangible de conformar un importante bloque alternativo por la paz en el Congreso.
Señores, vemos en sus agrupaciones y programas de gobierno, la posibilidad de echar andar un nuevo país moderno, democrático y decente, uno en el que se expulse la corrupción de la política, uno en el que se garanticen los derechos de todos y no los privilegios de unos pocos, uno en el que fluya la diversidad y la verraquera que caracteriza a nuestro país. En Humberto De la Calle, observamos un apoyo irrestricto a la paz y un político decente y honesto, que ha puesto sobre la mesa importantes debates para el país. En Sergio Fajardo reconocemos un candidato independiente, que hace política sin maquinarias ni prácticas politiqueras y que tiene una propuesta para un país incluyente y libre de corrupción. En Gustavo Petro hallamos un político con importantes propuestas para garantizar los derechos de las mayorías y modernizar la economía con un enfoque respetuoso del medioambiente.
Sabemos que tienen diferencias políticas y personales, pero creemos que en el panorama político actual, debemos deponer los egos y abrir caminos de diálogo en pro de un bien mayor: la paz y el bienestar de Colombia. Creemos que es momento de insistir en aquello que nos une, que es posible llegar a un acuerdo programático entre ustedes en temas sociales, económicos y políticos, que permita avanzar hacia las reformas sociales que necesita el país, rodee la implementación de los acuerdos de paz con la Farc y la continuación de los diálogos con el Eln. En sus manos está el futuro de 50 millones de colombianos y colombianas.
Atentamente:
Jóvenes que cree en un país posible.
Daniel Roldán
Paola López
Óscar Aponte
Leonardo Rojas
Diego Acosta