La forma tan angustiosa como Colombia logró clasificar a los Juegos Olímpicos de Rio, 2016, fue casi que un premio de consolación. Primero, un repechaje que es igual a la última de las últimas oportunidades, luego empate en Colombia y apenas un gol de ventaja en Estados Unidos.
A pesar de tener una voluminosa y excelente nómina, la sub-23 de Colombia, dejó la sensación de debernos mucho para volver a asistir a la justa olímpica, después de su última participación en Barcelona en 1992, donde quedó eliminada en primera fase ocupando el último lugar.
Sí, esa sensación no es por falta de jugadores, ni talento. Es ahí cuando las miradas giran hacia el cuerpo técnico. Todavía no entendemos cómo es que una selección de 23 jugadores viaja solo con dos delanteros a remontar un marcador en Estados Unidos. Y a pesar de que se logró, fue más un factor de dos chispazos individuales que de un planteamiento técnico-táctico, en donde el equipo debe jugar en conjunto, sin egoísmos, ordenada, talentosa y disciplinadamente, como lo hicieron sus hermanos de la selección mayor contra Ecuador en Barranquilla, ese mismo día solo unas horas antes.
Carlos 'el Piscis' Restrepo no ha tenido una exitosa gestión en los últimos certámenes al mando de los juveniles. Por eso, y por la importancia histórica de poder disputar una medalla olímpica, con un excelente grupo de jugadores, reforzados por tres integrantes de la selección mayor, las miradas se dirigen ahora hacia José Nestor Pékerman, director técnico de la selección absoluta, y en cierta forma gran responsable de las selecciones Colombia en todas sus divisiones menores y femenina, donde 'las superpoderosas' han dado ejemplo sin contar con mucho apoyo, ya que se clasificaron para estos Juegos Olímpicos en la capital mundial de la samba.
En esas batallas juveniles, Pékerman es un probado general de dos soles. Ha sido campeón del mundo en dos ocasiones con los chicos de la selección que tiene un solo sol en su bandera: Argentina.
Chicos que ahora son gigantes. Messi, como muestra de botón.
Pero siendo realistas, al extaxista argentino que ahora conduce a la selección de mayores de Colombia, le va a quedar muy difícil. Después de su resonante triunfo ante Ecuador en el Metropolitano, tiene ya enfrente la Copa América Centenario y de inmediato, apenas termine su participación, el tiempo necesario para preparar los partidos de eliminatoria contra Brasil y Venezuela.
Poner sobre sus hombros la juvenil en los Olímpicos, sería ya demasiado peso. O lo uno, o lo otro.
El tema es que la Federación Colombiana y su presidente Ramón Jessurúm, debe decidir a qué le quiere apostar con toda la carne en el asador: o a la Copa América Centenario, o a una medalla olímpica porque ambos torneos, en calendario, están uno tras otro.
Yo pienso que la disyuntiva amerita apostarle a las dos.
Y para ello, el hombre ideal para dirigir a la sub-23 en Brasil en las olimpiadas es Reinaldo Rueda, entrenador que ha clasificado a Colombia a cuatro mundiales juveniles; a Ecuador y a Honduras a mundiales en mayores y que hoy tiene al Atlético Nacional, como el mejor equipo de Colombia, con el mejor récord histórico sobre cualquier otro entrenador, y que es un serio candidato a la Copa Libertadores de América.
Rueda es el gran proveedor de jugadores para la selección de Pékerman y para la selección del 'Piscis'.
Si se le encomienda esta selección juvenil para los olímpicos, Reinaldo Rueda tiene la gran ventaja de que es el descubridor de talentos que hoy brillan en las dos selecciones. Y el botón para esta muestra es Marlos Moreno.
Además, también conoce muy bien a “los mayores”, ya que ya fue su entrenador en la selección Colombia y como si fuera poco los entrenó cuando eran los juveniles.
Nadie tiene un panorama más amplio que Rueda para tomar la dirección de los juveniles y luego de Olímpicos fusionarlos con los mayores. y así, tener un entrenador de un proyecto serio y a largo plazo de Selección Colombia, una vez culmine el ciclo Pekerman.
Es solo mi opinión, que, como un balón, les dejo ahí, picando en el área.
