Los candidatos a los diferentes cargos públicos que quedaron refrendados salen a la palestra política, quienes fueron inhabilitados, a buscar empleo. La contienda aviene en una situación social de transcendental importancia en lo que al Guaviare se refiere; San José, su capital, y sus tres municipios claman por el logro de los servicios básicos fundamentales que la constitución ordena; abogan por entrar a la modernidad que, como mínimo, se capitaliza en la infraestructura vial, en las adecuadas vías de penetración a las zonas rurales; en la obtención de las necesidades básicas insatisfechas: vivienda digna, educación, salud, empleo, condiciones de bienestar familiar y, sobremanera, justicia y seguridad social, condiciones necesarias para lograr caminos de desarrollo y poder hablar de paz.
El departamento y sus comunidades sueñan, como lo expresamos en la edición anterior, con líderes candidatos y no candidatos que aspiran o juegan a liderar cargos que desconocen, en improvisaciones que resultan nefastas dentro del ejercicio de las tareas públicas.
El líder candidato es aquel que posee la esencia del dirigente nato; el que por vocación gusta de manejar grupos sociales con decisión, solidaridad y sacrificio. Líder es aquel que espera servir antes que ser servido… el que lleva en su sangre el deseo vehemente de ayudar a quienes lo necesitan… aquel que se imagina una causa social y lucha por construirla, abriéndose espacios que comienzan desde su propia formación académica, técnica o profesional.
El líder expresa ideas claras y concretas y se abre campo con el apoyo de su grupo para lograr objetivos que se propone….
La sociedad no necesita candidatos que quieren lidera, la sociedad exige líderes verdaderos y auténticos que merezcan ser candidatos, llevando en sus adentros los mínimos principios éticos y morales que requiere un dirigente.
El auténtico líder no promete. El auténtico líder no lleva en su mente el C.V.Y. (¿cómo voy yo?). El auténtico líder no tiene el letrero en la frente del 10%. El auténtico líder lleva en su interior su propio legado: trabajar, hacer y servir en su propio grupo social.
Sobre estas premisas, es censurable e inconveniente en el ejercicio de la campaña política, esgrimir argumentos en la difamación, la deshonra y la injuria hacia el contrincante, sacrificando el sano debate de las ideas.
Un candidato centrado en sus propósitos, inteligente y capaz, utiliza las armas de su formación académica, de su experiencia administrativa, de sus éxitos empresariales o públicos; expone los logros sociales en sus cargos oficiales desempeñados, los éxitos en la empresa privada; si no ha tenido esas oportunidades, se presenta ante la comunidad como candidato líder demostrando las virtudes que se destacaron en el párrafo anterior, y llevando un portafolio concreto de los objetivos que se propone al llegar al cargo.
- Director del periódico El papel de mi ciudad, San José del Guaviare.