En un fin de semana normal, Lucho, un dealer bogotano, se mete al bolsillo entre un millón y medio y dos millones de pesos. En el fin de semana de un festival como Estéreo Picnic la misma suma se triplica a seis. Desde hace un mes, Lucho se venía preparando para el que es uno de los mejores fines de semana para sus finanzas personales. Mandó a pedir 1000 pepas de España y en los tres días del festival alcanzó a vender 700 entre sus clientes, y eso que no estuvo dentro de Estéreo Picnic, por precaución prefiere hacer todo a domicilio para tener un bajo perfil.
Lucho tiene 500 clientes fijos. Algunos lo llaman semanalmente, otros un par de veces al mes y algunos solo compran drogas cuando tienen eventos como el Estereopicnic o Rock al Parque. Festivales que duran varios días y exigen un aguante físico y mental que mucha gente prefiere estimular con ayuda de drogas sintéticas.
Las drogas preferidas de los clientes de Lucho para el fin de semana de Estéreo Picnic fueron las pepas y el MDMA. Los dos son éxtasis en una presentación diferente. Las pepas son una pastilla y las hay de diferentes colores y formas, cada una de efectos distintos dentro de los que produce el componente principal. El MDMA es el éxtasis en presentación de cristal que se polvoriza o ya hecho polvo, se puede consumir diluyendo el polvo en agua o probando con el dedo. Cada pepa cuesta $25,000 pesos y un sobre de MDMA cuesta $120,000.
Los efectos de éxtasis son principalmente tres. Cuando revienta se siente una subida, hay un aumento en la energía, ganas de moverse y euforia. Después viene el mantenimiento en donde se intensifican las emociones y hay una sensación generalizada de empatía. Después viene la bajada, los efectos van desapareciendo, entra el cansancio y se deprime el estado de ánimo. El efecto completo puede durar hasta 8 horas.
En el negocio de las drogas es difícil tener una clientela fija. Para lograrlo hay que vender drogas de calidad. Sobre todo ahora que los consumidores tienen más información y han empezado a exigir sustancias de calidad. Lucho tiene esa ventaja, sus drogas son lo que dicen ser. En esta versión de Estéreo Picnic muchos de ellos lo llamaron a contarle que habían probado la sustancia en Échele Cabeza y habían salido puras.
Échele cabeza es un proyecto de la corporación ATS (Acción Técnica Social) para la reducción de riesgos para mayores de edad que ya tomaron la decisión de consumir y quieren hacerlo de manera informada. Échele Cabeza ha estado en el Estéreo Picnic probando las sustancias de los asistentes desde 2015. Cada año, se acercan más jóvenes a probar las drogas que planean meter y a informarse sobre el consumo. En el 2015 se acercaron 170, en el 2016 aumentó a 317 y en esta edición del festival, fueron 444 personas a testear lo que iban a consumir.
Teniendo en cuenta las 444 personas que visitaron la carpa de Échele Cabeza las drogas que más se consumieron en el Estereopicnic y en este orden fueron: Éxtasis, LSD, 2CB y Cocaína.
Uno de los mayores problemas a la hora de hablar de sustancias psicoactivas es que al ser un mercado ilegal no hay manera de regular que es lo que se vende. Para Inés Elvira Mejía, una experta en el tema de drogas que hizo parte de la comisión asesora de política de drogas, esto hace que no se puedan hacer estudios del todo claros porque es difícil sacar datos concretos sobre, por ejemplo, el aumento de consumo en cada sustancia psicoactiva. Sin embargo, lo que sí es claro es que el consumo general ha crecido y eso no va a parar. El mayor grupo de consumo va entre los 18 y los 26 años.
Lucho empezó a trabajar en esto cuando su familia estaba pasando por un mal momento y necesitaba plata. Uno de sus amigos de la universidad traía drogas de Europa y fue así como se metió en el negocio que hoy le da entre 6 y 8 millones de pesos en un mes normal.
Las drogas sintéticas no son producidas en Colombia y casi siempre llegan al país desde Holanda, Alemania y España en donde las producen con químicos provenientes de la China.
Desde que Échele Cabeza empezó o a trabajar Festivales ha aumentado paulatinamente la pureza en las sustancias que prueban. Para Julián Quintero, fundador del proyecto, eso es una prueba de que han logrado afectar el mercado de sustancias porque la gente está exigiendo más calidad cuando compra drogas y eso reduce el las intoxicaciones y situaciones de crisis.
Aunque el informe oficial sobre el consumo en Estéreo Picnic y el Freedom, un festival que tuvo lugar en Medellín el fin de semana antepasado, no ha salido todavía, ya se puede llegar a conclusiones importantes: El éxtasis que se está consumiendo es más puro, hay presencia regular de metanfetaminas tanto en pastilla como en cristal, llegó al país una droga llamada Flakka que es un estimulante muy fuerte y el LSD y el 2CB, que eran sustancias que salían falsas, han empezado a tener una tendencia de pureza hacia el 50-50.
Échele Cabeza nació cuando la política pública abrió el espacio para este tipo de iniciativas ya que antes, en Colombia, solo se hablaba de prevención o rehabilitación. Y desde el 2013 se empezó a hablar de reducción de riesgos y mitigación de daños. Por esta razón, este proyecto debería ser financiado por la institucionalidad pues gracias a esta iniciativa se han reducido las tasas de muerte e intoxicación por drogas.
Hasta hace poco la alcaldía financiaba al proyecto pero con el cambio de administración al gobierno de Peñalosa les cortaron los fondos. Lo que preocupa a Julián Quintero es que, hasta el momento, el gobierno distrital tampoco ha creado un proyecto similar. Además, sin el apoyo del distrito no pueden participar en festivales distritales como Rock al Parque que era un escenario ideal para informar a los jóvenes de todos los sectores sobre el consumo de sustancias.
El Estéreo Picnic es el que le paga a Échele Cabeza para que vaya al evento, es una iniciativa responsable que ha permitido que la gente de eduque y posiblemente ha evitado intoxicaciones.