Es difícil que las mujeres lleguen a la presidencia de Colombia mientras estén sujetas a las consultas que nunca permiten que el sexo femenino le gane el poder a los machistas que para muchos no han dejado más que desorden e incompetencia durante sus mandatos.
Es el comentario popular de quienes arreglan el país en las esquinas y el parque, en los que se puede aún tener vida social.
La primera candidata presidencial fue María Eugenia Rojas, hija de Gustavo Rojas Pinilla, quien después de su derrota en 1957 escapó en un avión con su hija.
Regresó y en 1970 se enfrentó a Misael Pastrana Borrero. La ANAPO entonces al parecer ganó las elecciones el domingo en la noche, pero al amanecer dieron como ganador a Misael Pastrana.
El pueblo se amotino y por primera vez un presidente, Lleras Restrepo, mandó a acostar al pueblo colombiano a las seis de la tarde después de ordenar a las fuerzas militares y policía acabar con los motines que reclamaban el triunfo. Ningún organismo internacional reviso los resultados y la mujer perdió esta oportunidad.
En las elecciones de 2002 Íngrid Betancourt, hija de un político ministro de Gustavo Rojas Pinilla y una reina de belleza, con su partido Oxígeno aspiró pero fue secuestrada. Con el secuestro, las FARC, fue el responsable de no permitir que la izquierda llegara.
En el año 2010, Noemí Sanín Posada, hija de un escritor y una madre de condiciones excepcionales lo intentó, apoyada por el partido Conservador, pero fracasó.
En 2014, Martha Lucía Ramírez (por el Partido Conservador) y Clara López (por el Polo Democrático) fracasaron en el intento.
Íngrid Betancourt lo intento de nuevo en 2018 pero al final se unió a Gustavo Petro.
En la actualidad, Las precandidatas del Centro Democrático, María Fernanda Cabal y Paloma Valencia tampoco tuvieron el chance.
Dilian Francisca Toro está metida en una consulta que parece que no llegará. Francia Márquez estará en consulta del Pacto Histórico.
Se necesita un cantante famoso que grite duro por el micrófono: “¿en dónde están las mujeres?”.
De pronto alguna arma un toldo aparte, y así se vuelva viejita para llegar, trabaje y trabaje duro y parejo, contra los machistas de los políticos corruptos en Colombia, que discriminan a las mujeres.
