Una fuente militar me indicó que la muerte del guerrillero se habría producido mediante un operativo del Batallón de Fuerzas Especiales de Colombia. La operación, desarrollada en territorio venezolano, habría contado con la participación de unidades del BAOEA (Batallón de Operaciones Especiales de Aviación). El cuerpo de alias Santrich no pudo ser recuperado, porque al parecer, por radio se les informó que los militares venezolanos se habrían percatado de la presencia de unidades de combate colombianas.
De confirmarse esta versión, estaríamos ante una operación en caliente, que significó la incursión en territorio venezolano de fuerzas oficiales de Colombia, sin la autorización debida del régimen de Maduro Moros, pero con la anuencia del gobierno de Iván Duque. Esto nos hace recordar el operativo donde fue abatido alias Raúl Reyes, en un campamento en territorio ecuatoriano. Dicha acción armada se dio durante la administración de Álvaro Uribe y generó una fuerte crisis política y diplomática con el entonces presidente de Ecuador de Ecuador, Rafael Correa.
Habrá que esperar a que se confirme la versión, lo cual sin duda generaría una reacción política del régimen de Nicolás Maduro, en el contexto de una tensas ya relaciones entre Colombia y Venezuela.
A pesar del aparente desconocimiento del ministerio de Defensa de Colombia, ya circulan otras versiones que intentan dilucidar lo que realmente pasó con Zeuxis Pausias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich.
Según fuentes periodísticas, las disidencias de las Farc reconocieron que efectivamente Hernández Solarte murió abatido, no por miembros de la estructura de Gentil Duarte, grupo que sostenía de tiempo atrás disputas y diferencias con la llamada Segunda Marquetalia, de la que hacía parte Santrich. Los mismos voceros de las disidencias señalaron como responsable del operativo al gobierno de Iván Duque.
De otra parte, el director de Fundaredes señaló a un medio colombiano que Hernández Solarte habría sido “traicionado” por militares venezolanos. La versión indica que Nicolás Maduro entregó la ubicación de Santrich a las disidencias de Gentil Duarte, a cambio de los ocho militares venezolanos secuestrados por esa estructura.
A estas versiones se suma el hecho de que posiblemente mercenarios de ambos países pudieron ejecutar la acción armada, para cobrar la millonaria recompensa (10 millones de dólares) ofrecida por el Departamento de Estado norteamericano.
Sobre la versión inicial que señala a un cuerpo élite de fuerzas militares combinadas de Colombia, expongo las siguientes preguntas, dudas o circunstancias: si se trata de una incursión militar colombiana en el vecino país, el silencio del Mindefensa Diego Molano podría obedecer a que no fue así y que mi fuente recibió una información errada. O puede ser que no quieran sumar un problema más a las difíciles relaciones entre ambos países. Si decidieran confirmar que efectivamente ese operativo se ejecutó con miembros del BAOEA, este hecho político-militar no solo tendría consecuencias externas, sino internas. En particular, serviría para “bajar” la presión que desde sectores políticos de EE. UU. se viene ejerciendo por las violaciones a los DDHH que la Policía Nacional viene cometiendo en el marco del Paro Nacional y las movilizaciones sociales.
Es poco probable que un gobierno en crisis de gobernabilidad y legitimidad como el de Duque Márquez decida guardar silencio frente a semejante “éxito militar” y no cobrarlo políticamente, con el propósito de distraer a la opinión pública.
También es posible que la cúpula militar haya decidido no informarle al ministro de Defensa del operativo en Venezuela, mientras se hacen los ajustes en la versión oficial, que no despierte la ira de Maduro Moros.
Otro elemento que entra a jugar en estas versiones que circulan, tiene que ver con el silencio del gobierno de Maduro, sea para reconocer las circunstancias en las que se dio el operativo o para señalar de manera directa al gobierno colombiano como el responsable de la incursión armada y la consecuente violación de la soberanía del vecino país.
Habrá que esperar cuál de estas versiones triunfa y se impone. Y ello no pasará hasta que no se exhiba el cuerpo sin vida de Santrich, y alguien se adjudique el “triunfo” y podamos conocer las circunstancias reales del operativo. Convertir a Santrich en un “fantasma” también puede ser parte de la estrategia, en particular para el régimen de Maduro Moros.
Tomado de El Unicornio, este es el artículo original