La primera semana de la Navidad del año 2018 quedará grabada como una de las mejores en la vida de Jonathan Steven Zapata, un joven de 20 años de edad, que tuvo la oportunidad de viajar al Perú a realizar un recorrido por la cultura inca, aventura que realizó con otros cuatro jovencitos de colegios públicos que ocuparon los mejores puntajes en las pruebas Icfes Saber 11 en Tuluá, una población en el centro del Valle del Cauca.
Hace solo cinco años la idea de terminar el colegio se veía lejana, perdió el grado séptimo por física vagancia y desinterés, y aunque intentó repetir el año, nuevamente vio frustrada la posibilidad de graduarse de bachiller al ser expulsado luego de varias riñas con sus compañeros, hasta que terminó por abandonar sus estudios.
Tras el fracaso escolar optó por empezar a trabajar para ocupar su tiempo y ayudar en la casa, pero un grave accidente que le dejó secuelas físicas a su padre lo hicieron repensar su vida, decidiendo regresar a las aulas para intentar terminar, por lo menos el colegio.
“El accidente de mi papá me tocó y luego me encontré con un profesor de matemáticas que tenía por modelo hacer que los estudiantes más difíciles entendieran los temas, porque si ellos lo hacían todos lo lograríamos. Él descubrió mi potencial para las matemáticas”, recuerda Jonathan.
A partir de ese año empezó a destacarse en matemáticas en el colegio Corazón del Valle, pero como se trataba de una institución educativa que alberga a estudiantes de los barrios La Trinidad, La Inmaculada, Tomás Uribe y centro, entre otros, donde convergen jóvenes de los sectores considerados más difíciles de la población, comenzó a tener nuevamente roces con sus compañeros, debiendo abandonar la institución, regresando a su antiguo colegio, la Institución Técnica Occidente.
Allí rápidamente se convirtió en el mejor alumno en matemáticas y empezó a representar al colegio en las olimpiadas departamentales y regionales en esta área, hasta que llegó el momento de luchar por una de las 4.000 becas del programa Generación E, en la modalidad Excelencia, que ofrece cada año el gobierno nacional.
A sus 20 años alcanzó un puntaje de 413 puntos, siendo el mejor estudiante de los colegios públicos y el tercero mejor de la ciudad, incluyendo los privados. Este logro hoy le permite soñar con realizar la carrera de economía en la Universidad Icesi de Cali. Además, se hizo con uno de los cinco cupos para realizar un viaje al exterior, con todos los gastos pagos, premio que les hace la Alcaldía de Tuluá como incentivo para que sigan luchando por superar sus metas y alcanzar su sueños.
“El programa Generación que Enamora, lo que pretende es invitar a nuestro chicos a soñar con cosas grandes, que entiendan que no hay fronteras ni obstáculos que no puedan superar si se lo proponen, que el futuro está en sus manos a través de la educación y las oportunidades que hoy tienen. En estos tres años hemos llevado a viajar a 15 jovencitos, tres padres de familia y tres rectores de colegios públicos”, explicó Gustavo Vélez Román, alcalde de Tuluá.
Durante el recorrido por tierra inca los jóvenes visitaron Lima, Cusco, Aguas Calientes y Puno, haciendo paradas imperdibles en templos sagrados y sitios históricos como Ollantaytambo, el Valle Sagrado, Machu Picchu y las islas flotantes de los Uros, en el lago Titicaca, donde pudieron compartir y hablar con sus pobladores.
Museos, iglesias y ruinas arqueológicas hicieron parte de este viaje que les permitió hacer un recorrido por la historia prehispánica e hispánica, dándoles a conocer la vasta riqueza de nuestro continente y del imperio Inca, que se extendió desde el norte de Argentina hasta el sur de Colombia.
“Esto es algo demasiado importante en mi vida y la de mis compañeros, es algo que lo toca a uno. Muchos de nosotros no habíamos montado en avión y lo pudimos hacer, además vamos a viajar en tren, en bote y vamos conocer otras culturas. Yo les digo a los compañeros que vienen detrás que el esfuerzo si da frutos y que si se lo proponen lo pueden conseguir”, expresó Jonathan.
